Antonio Guerrero caminó más de 5 kilómetros para llegar a su casa, en medio de las masivas protestas que vivió Santiago de Chile este viernes, 18 de octubre, por al alza en el precio de los boletos del Metro.
Desde la estación de Metro Santa Ana, en la comuna de Santiago hasta El Llano en San Miguel, Guerrero optó por caminar debido a que las protestas obstaculizaron el tráfico y el servicio de trenes.
«El centro colapsó porque todo estaba trancado y la gente caminaba. Como el Metro se cerró, habilitaron más micros (buses). Pero el tránsito estaba muy lento y era preferible caminar», comentó Guerrero, venezolano que reside en Chile desde hace un año.
«Los protestantes comenzaron a dañar las estaciones del Metro y luego se cerró el sistema por completo», agregó Guerrero, este sábado, 19 de octubre.
Además, en medio de las dificultades para el traslado en la ciudad, la empresa de taxi Uber cobraba las tarifas por encima de los costos regulares para el servicio.
«Los taxis que cobraban 4 mil pesos (5,6 dólares), estaban en 17 mil pesos (23,9 dólares) la misma carrera. Y habían tarifas más caras. La gente optó por caminar o combinar con algunos buses que estaban funcionado», dijo Heylin Willmuth, otra venezolana residenciada en este país desde el año 2018.
Las protestas en la capital chilena, que iniciaron con evasiones en el pago del servicio de Metro el jueves, derivaron en 41 estaciones, de las casi 140, con daños y algunas incluso incendiadas, según cifras que ofreció el jefe de Defensa Nacional, Javier Iturriaga, este sábado.
Entre los datos, Iturriaga resaltó que 308 personas fueron detenidas y en cuanto a los heridos en la manifestaciones, 11 fueron civiles y 156 funcionarios del cuerpo policial Carabineros de Chile.
“Tenemos mucha tarea por hacer. No estamos tranquilos. Tenemos que intentar que el lunes todo el mundo pueda volver al trabajo y hacer su vida normal”, dijo Iturriaga.
En esta jornada de manifestaciones también se reportó un incendio de la empresa eléctrica Enel, además de 16 buses que sufrieron daños y otros locales. También medios de comunicación registraron el saqueo de supermercados.
Por el incremento de la violencia, el presidente chileno, Sebastián Piñera, decretó un estado de emergencia en la capital, para dejar al mando de las zonas afectadas al Ejército para tratar de controlar la situación.
El Palacio de La Moneda amaneció con la seguridad reforzada, luego de este decreto. Sin embargo, este sábado se registraron nuevamente cacerolazos para continuar la protesta.
Miguel Márquez, otro venezolano residenciado en Santiago de Chile, contó que vive a un kilómetro de La Moneda, donde se dejaban escuchar los cacerolazos este sábado 19 de octubre.
La capital chilena ha sido militarizada tras el estado de emergencia, lo que le da el control de la ciudad al Ejército. La disposición que se cumplirá por 15 días, ha hecho que se desplieguen unos 500 efectivos en toda la ciudad.
Márquez, que vive en la comuna Santiago Centro, dijo que la movilización este sábado está más lenta debido a la falta de unidades de transporte superficial. «Las micros (busetas) comenzaron a trabajar a las 6 de la mañana de este sábado, cuando en realidad unas trabajan las 24 horas y otras a partir de las 4:30 am», resaltó.
Aunque salió temprano a llevar a su esposa al trabajo, este venezolano dijo a Efecto Cocuyo que la paralización del Metro de Santiago afecta la movilidad, que ya de por sí ha sido reducida por el decreto de emergencia de Piñera.
Taxistas subieron tarifas
Marian Fuenmayor, otra venezolana que migró a Chile, dijo que este sábado para salir de su casa debió caminar varias cuadras. Al estar cerradas todas las líneas del Metro, debió tomar un autobús (micro), y dijo que fueron habilitadas más rutas para cubrir la ausencia del sistema, lo que pudo corroborar a través de Internet.
Este viernes 18 de octubre, cuando las protestas cobraron más fuerza y se cometieron actos de vandalismo contra el subterráneo, caminó de su casa al trabajo al menos media hora. Dijo que casi todos los ciudadanos caminaron desde que salieron de su trabajo. «Todos tuvieron que caminar muchos kilómetros para llegar a sus casas. Hay gente que tuvo que caminar más de la media hora que me tomó a mí llegar del trabajo a mi casa, porque vivo cerca».
Los servicios de taxis colapsaron y las tarifas también se incrementaron a precios exorbitantes, por el alto tráfico y las protestas en Santiago.
«La ciudad (Santiago) amaneció este sábado tranquila, dentro de lo que cabe. El metro está militarizado por el estado de emergencia que decretaron. Hoy (sábado) recorrí toda la ciudad y la vi con más normalidad en la mañana», relató a Efecto Cocuyo este 19 de octubre.