A man carrying a big pan crosses the Simon Bolivar bridge that connects Colombia with Venezuela, in Cucuta, Colombia, on November 21, 2009. AFP PHOTO/Guillermo LEGARIA (Photo credit should read GUILLERMO LEGARIA/AFP/Getty Images)

Mediante un comunicado, académicos de amplio reconocimiento en el campo de la investigación universitaria tanto en Colombia como en Venezuela, pertenecientes al “Grupo académico Colombia Venezuela”, se pronunciaron haciendo un llamado a ambos gobiernos a “descartar la batalla mediática y comenzar a colaborar en ese prolongado, imprescindible y esperanzador esfuerzo” por resolver la situación en la frontera.

Tras un esbozo de lo que consideran es una situación secular insostenible y de abandono, en el que la fragilidad de instituciones y la alta corrupción presente en ese territorio producen vulnerabilidad social, es como se puede comprender que “en esas condiciones no es extraño que se desarrolle allí toda suerte de actividades tanto informales como claramente ilegales”.

Consideran inaceptable “la humillación, el atropello y el agravio de los indefensos” y advierten con preocupación que “la vasta presencia militar en las fronteras pudiera dar lugar a un incidente inesperado e indeseable”.

A continuación el comunicado completo.

El grupo académico Colombia Venezuela ante  la grave situación de las relaciones binacionales

Nosotros, miembros del Grupo Académico Binacional, que por cerca de veinte años venimos estudiando conjuntamente las relaciones entre nuestros dos países, Venezuela y Colombia, con el propósito de contribuir a su mejoramiento continuo, consideramos un deber expresar nuestra opinión sobre la delicada situación que se vive hoy en la frontera común, y sugerir caminos que puedan conducir a verdaderas soluciones .

Los acontecimientos de estos días ponen una vez más de manifiesto los graves problemas que históricamente han afectado la zona fronteriza de ambos países, y constituyen un clamor dramático para que nuestros dos gobiernos se decidan por fin a enfrentar de manera cooperativa y pacífica, coordinada y enérgica la búsqueda de soluciones efectivas y estables.

Como de todos es sabido, en ninguna parte se vive más profundamente la integración entre nuestros dos países hermanos como en esa frontera. Hay muchas zonas en que su población está entrelazada por estrechos vínculos familiares, sociales y de negocios, compartiendo así una íntima dependencia recíproca. En períodos aciagos de cada uno de los dos países, sus habitantes se han desplazado al vecino buscando su supervivencia, y allí han sido acogidos con generosidad.

Pero, al mismo tiempo, esas zonas padecen de un profundo y secular abandono. Su desarrollo es escaso y muy pobre su infraestructura de servicios, abundan la pobreza y la indigencia, las instituciones son débiles, corruptas o inexistentes. En esas condiciones no es extraño que se desarrolle allí toda suerte de actividades tanto informales como claramente ilegales, tanto más cuanto que los distintos modelos económicos y políticos exhiben hoy agudos desbalances fácilmente aprovechados por grupos irregulares de ambos lados y redes de delincuencia y criminalidad organizada e internacional.

Un aislamiento total -fuera de constituir la más triste evasión de la realidad- no tiene posibilidad alguna de éxito. En realidad, ningún esfuerzo unilateral, y menos aún el recurso exclusivo de la fuerza, puede mitigar o resolver la grave situación; más bien la agrava, afecta a los sectores más débiles y puede suscitar reacciones aún peores. La humillación, el atropello y el agravio de los indefensos es totalmente inaceptable. Por otra parte, la vasta presencia militar en las fronteras pudiera dar lugar a un incidente inesperado e indeseable, conducir a enfrentamientos mayores y marcar para siempre una hostilidad recíproca que solo puede hacernos un daño insuperable a unos y otros. Por todas estas razones, exigimos a los dos gobiernos que empleen todos los medios eficaces para prevenir o frenar cualquier evento similar.

Hoy el único camino es la decisión firme y eficaz de ambos gobiernos de cooperar estrechamente para comenzar a resolver de una vez los desequilibrios y peligrosas realidades que hemos señalado. No será tarea de un día, ni de un año. Se requiere un esfuerzo mancomunado de largo aliento. Siendo así, consideramos imperativo invitar respetuosamente a nuestros dos gobiernos a abandonar toda animosidad recíproca, descartar la batalla mediática y comenzar a colaborar en ese prolongado, imprescindible y esperanzador esfuerzo.

Universitarios colombianos:                                        Universitarios venezolanos:

Socorro Ramírez                                                             Antonio De lisio

Francesca Ramos                                                            Carlos A. Romero

José Guillermo García                                                    José María Cadenas

Alejandro Gutiérrez                                                       Humberto García Larralde

Arlene Tickner                                                                 Francine Jácome

Harvey E. Ferrer                                                              Manuel Anselmi

Diana Andrea Gómez                                                     Marleny Bustamante

Caracas y Bogotá: 3 de Septiembre de 2015

Foto: Radio Nacional de Venezuela

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