Más de cuatro horas de reunión sirvieron para que las aguas volvieran a sus cauces entre Colombia y Venezuela. Tras más de un mes de tensión, los presidentes Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro acordaron el retorno de sus respectivos embajadores y la apertura de una investigación sobre la situación de la frontera común.
Al término de la reunión, celebrada este lunes 21 de septiembre en Quito, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, leyó los siete puntos del acuerdo. Entre esos decidieron tratar con sus equipos ministeriales “los temas sensibles” relativos a la crisis fronteriza, lo que harán a partir de una primera reunión que se celebrará este miércoles en Caracas.
La declaración incluye también “la progresiva normalización de la frontera“, la “coexistencia de los modelos económicos, políticos y sociales de cada país” y “un llamado al espíritu de hermandad y la unidad, propiciando un clima de mutuo respeto y convivencia”, además de “continuar trabajando con el acompañamiento de Ecuador y Uruguay”.
Los dos presidentes se mostraron satisfechos con el resultado de la reunión. Maduro dijo que ganó la sensatez y el diálogo.
Maduro manifestó su esperanza en que el cronograma trazado para estudiar los problemas comunes permita “despejar” los asuntos que afectan a ambos países para beneficio de sus respectivos pueblos y “de toda la región sudamericana”.
Reconoció que el encuentro con Santos no estuvo exento “de complejidades y de dificultades”, debido a lo delicado de los asuntos tratados, “pero hemos demostrado que con voluntad política sí se puede” encontrar solución a los problemas, señaló.
Santos indicó que se acordó investigar “algunos incidentes en la frontera de violación del espacio aéreo” colombiano, así como trabajar conjuntamente en la lucha contra las bandas criminales, el narcotráfico y el contrabando.
El mandatario mostró su respeto a las medidas adoptadas por el Gobierno de Venezuela ante la crisis, como el cierre parcial de la frontera y las expulsiones de colombianos en situación irregular, pero remarcó su exigencia de respeto a los derechos humanos de sus compatriotas y dijo que se acordó investigar también lo sucedido en estos casos.
Con los acuerdos alcanzados culmina una crisis surgida tras la decisión del presidente de Venezuela de decretar el 19 de agosto el cierre parcial de la frontera, a lo que siguió la expulsión de más de 1.600 colombianos de territorio venezolano, según cifras de organismos de la ONU.
Otros 19.000 abandonaron Venezuela por decisión propia, de acuerdo con un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
EFE