El calabozo de la comisaría del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), de San Carlos, estado Cojedes, está desbordado. En un espacio con capacidad para 30 personas se encuentran recluidos al menos 229 privados de libertad.
Este lunes 4 de mayo, los presos intentaron amotinarse en protesta contra el hacinamiento de presos y la falta de higiene de la celda; pero funcionarios del Cicpc junto con refuerzos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) controlaron la reyerta.
“Los reos claman por mejores condiciones de vida, pues duermen de pie, no les suministran alimentos y los tribunales no agilizan las medidas humanitarias solicitadas para los enfermos, entre ellos algunos con VIH-Sida”, denuncia el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Beatriz Girón, directora de esta ONG, afirma que los calabozos policiales están construidos para albergar preventivamente a un máximo de 20 personas; pero en el centro de detención se hallan reclusos que se encuentran ya cumpliendo pena o procesados.
“No se cumple con la norma de la detención preventiva sino que permanecen un largo tiempo allí”, aseveró la activista.
Girón denunció que los detenidos en el Cicpc San Carlos reclamaron que tenían tiempo sin comer. “Los policías no están entrenados para el trato diario con presos”.
Presos del Cicpc El Hatillo pasan hambre
La mayoría de los centros de detención preventivas del país se encuentran igualmente congestionados. La ONG Una Ventana a la Libertad, que al igual que el OVP defiende los derechos de los privados de libertad, tiene registro de un hacinamiento general de 200% en tales reclusorios.
Al menos 40 detenidos del centro de detención de Antiextorsión y Secuestro del Cicpc en El Hatillo pasan hambre y son castigados frecuentemente por los funcionarios policiales.
Familiares de los detenidos denuncian al OVP que sus parientes no reciben los alimentos que ellos les llevan. Los castigos se han llevado a cabo desde el pasado 18 de abril; se denuncia que los efectivos policiales habrían desechado todos los enseres personales de los privados de libertad.
“Los dejaron hasta sin las sábanas que utilizan como hamacas para dormir”, informó el OVP.
Carolina Girón, directora de OVP, explica que como castigo en este centro de detención de El Hatillo a los presos los dejan encerrados en celdas sin ventilación. “Es una situación que tienden a hacerse peor, más ahora con la declaratoria de pandemia del COVID-19”.