Catia cumplió su segundo día de parada entre advertencias y penitencias
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La noche del sábado 18 de abril, un audio se difundió entre los celulares de los habitantes de Catia.

“Vecinos de la parroquia Sucre, se les informa que el día de mañana, domingo, la parroquia Sucre estará de parada“, decía una voz masculina. Era el recordatorio del segundo día de restricción total de la movilidad tras la implementación de un plan que advertía con reprender, mediante labor social, a todo aquel que lo incumpliera este domingo 19 de abril.

“Desde el sábado está pasando una patrulla y se lleva a hacer labor social a la gente que esté parada en las puertas, jugando o conversando en la calle sin tapabocas”, dijo Yadira Moreno*, habitante de la comunidad ubicada al oeste de la capital venezolana.

Desde el 13 de abril, la parroquia en la que viven más de 600.000 personas fue dividida en 10 ejes como parte del “Plan especial de control de la movilidad” para prevenir la propagación del nuevo coronavirus. Se establecieron puntos de control y se comenzó a otorgar un “pase de movilidad” por familia para reducir las aglomeraciones en las calles de la populosa zona.

Sin embargo, los miércoles y los domingos se fijaron como los días de parada: nadie puede salir, excepto aquellos que tengan salvoconductos o una emergencia comprobable.

“Mi sobrina bajó y no pudo pasar el punto de control”, indicó el vecino Daniel Bustamante. La plaza Sucre, el bulevar de Catia, la plaza Pérez Bonalde, el Mercado Municipal, la calle Colombia y la calle Argentina se someterían este domingo a un plan de desinfección mientras las calles estuviesen vacías, según informaba la voz masculina en el audio que recibieron los catienses.

Para Eduardo Gómez*, residente del sector, este 19 de abril muchas personas decidieron no arriesgarse a salir tras enterarse de que serían obligadas a hacer servicio comunitario si incumplían el día de parada.

“Aquí la afluencia de personas es muy grande. El jueves y el viernes había demasiada gente en la calle y eso también generó bastante preocupación”, señaló Gómez.

Tras el inicio del plan especial en Catia, vecinos han denunciado que el distanciamiento no se cumple en su totalidad: cientos salen a hacer las compras sin atender las recomendaciones de protección y las medidas prevención. Unos dejan sus hogares en busca de comida: afirman que las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) no les llegan desde el 11 de marzo, dos días antes de que se confirmaran los primeros casos de COVID-19 en el país.

“Lo que he escuchado es que no hay gasolina para ir a buscar esos alimentos”, añadió Yadira Moreno.

Aunque algunas personas en Catia están de acuerdo con la estrategia implementada para prevenir la expansión del nuevo coronavirus, temen que cuando pase la pandemia se convierta en una forma adicional de control social.

Catia cumplió su segundo día de parada entre advertencias y penitencias
Foto cortesía.

*Los nombres de los vecinos fueron cambiados por seguridad.