“Hace un año, si se desgastaba o se dañaba la batería del carro, era sencillo pasar por una venta de repuestos y comprarla. Ahora uno tiene que hacer una cola de madrugada y con la inseguridad desatada”, dijo Henry Matheus, un taxista que tiene dos días a punta de cables auxiliares para cargar la batería de su carro y poder rodar. Llegó un jueves a las 4:00 pm, a la cola de la Duncan en Los Ruices, para comprar una batería a precio regulado, y permaneció allí hasta el día siguiente cuando, aproximadamente, a las 9:00 am pudo entrar a adquirirla.

En el lugar, la batería más barata cuesta Bs 7.100, y es la que sirve para un Yaris, mientras que la más cara, para una Wagoneer, sale en Bs 16.500. El mismo repuesto se puede adquirir en el mercado informal, en línea o través de terceros, en Bs 25.000 la de un Yaris y en más de Bs 35.000 la del Jeep Wagoneer.

D
Henry Matheus

Con cinco centros de servicio en Caracas: Maripérez, La Trinidad, San Martín, El Cementerio y avenida Presidente Medina, y con una distribuidora principal ubicada en la zona industrial de Los Ruices, Acumuladores Duncan se ha convertido en el único proveedor de baterías en Caracas.

La demanda es muy alta y nosotros no tenemos competencia, por eso estas colas inmensas. Aparte esta es la distribuidora, si no hay aquí no hay en ningún otro lado”, dijo un empleado de la Duncan, que prefirió no ser identificado.

Ante la demanda, algunos usuarios tienen que esperar más de 24 horas para poder adquirirla, y la cola tiene sus propias reglas.

f
En la Duncan, una batería para un Yaris cuesta Bs. 7.100, mientras que para una Wagoneer sale en Bs. 16.500

“Aquí el truco es llegar como a las dos de la tarde, del día anterior”

El jueves 15 de octubre, el dueño del número 16 en la cola de la Duncan de Los Ruices era Luis Quintero, quien no vaciló en detallar cómo es el sistema para obtener una batería. “Este show yo lo capté rápido cuando vine hace dos días. Aquí el truco es llegar como a las dos de la tarde, del día anterior, y esperar a que las baterías de ese día se acaben. Si llegas a esa hora tendrás unos 12 o 13 carros por delante. Al acabarse las baterías de ese día, los de la Duncan hacen su inventario otra vez y empiezan a sacar la lista de las baterías disponibles para el día siguiente, y te dicen, específicamente, para qué marca de carro y cuántas hay. Siempre hay como 7 u 8 de cada modelo”, dijo Quintero mientras conectaba los cables auxiliares de una batería a otra para prender su carro.

B

“Ellos hacen su lista y actualizan el cartelito de la puerta. Después pasan y hacen una lista de los carros, anotan las placas y el modelo. No te puedes ni ir a tomar un café, porque si pasa el tipo y no te ve en el carro, no te anota. También te dicen si hay, porque si después que hacen el inventario no hay de la tú necesitas, te tienes que ir, sin importar cuánto tiempo hayas pasado en la cola. Después de eso, te toca esperar hasta la mañana del día siguiente. Ahí, durmiendo y comiendo en tu carro. Pierdes un día entero en esto”, agregó Quintero.

Detrás de una reja, empleados de la Duncan explicaron algunas condiciones para poder comprar: se debe traer el vehículo; hay que dejar la batería anterior una vez colocada la nueva; se debe mostrar el carnet de circulación o un documento compra-venta, que confirme que el carro es de la persona que está haciendo la cola; si no se es el dueño del carro, “ni con una autorización o un poder le vendemos”, informó tajante un empleado que hacía una lista en la cola.

A
4

Si se cumplen todos los requisitos se puede proceder a verificar, en una lista pegada en la puerta del local, si hay o no la batería que se necesita. Sin embargo, aunque haya baterías para su vehículo, dependerá del número de puestos en la fila que si se adquiere o no el repuesto.

“Por ahí me dijeron, unos que trabajan aquí, que los Camry, Yaris y las Terios utilizan la misma batería. Según el cartelito, ese que tienen en la puerta, no hay para mi camioneta. Pero si es verdad que usan una igual, prefiero esperar a ver si me la venden”, dijo Frank Ronsó Rodríguez, quien había llegado a las 5:30 pm. Minutos antes, personal de la Duncan explicó que se vendían “solo para los carros adecuados a cada batería”, es decir, que aunque el repuesto entre en la base, si no fue hecho para ese carro específicamente no se vende. “Igual me voy a quedar, aunque esto sea una incertidumbre hasta mañana. Tengo dos meses buscando la batería, rodando con una prestada”, dijo Ronsó.

3

“Hay que perder un montón de tiempo aquí”

“Yo vine el lunes en la noche, me fui porque no me iba a quedar. Pasé el martes otra vez y me volví a ir porque la cola estaba muy larga. Y hoy otra vez, ya tengo tres días en esto. Por lo menos hoy estoy más cerca”, aseguró Gregoria de Parra, una jubilada. “No entiendo cómo hace la gente con sus empleos. Esto es terrible, hay que hacer cola por la comida, no hay medicamentos y de paso hay que perder un montón de tiempo aquí para poder comprar una  batería”.

Yo no me voy de aquí. Me paré a las 3 de la mañana, me hice una arepa, un café y me vine. Mi hijo me acompañó y está cansado. Tres días en esto es suficiente”, dijo Parra, dueña de un Fiesta Power del 2008. Pensó en otras alternativas antes de decidirse por hacer la cola: “Mi hijo lo consiguió rapidito por Mercado Libre, de Bs 22 mil a Bs 30 mil me piden por una batería, de esas bachaqueadas. Incluso conseguimos una en Bs 15 mil, pero cuando llamamos el señor ya la había vendido”, dijo Parra.

C
Jueves 15 de octubre, 5:30pm. Más de 80 carros en la cola que pasaba las 5 cuadras.

Jeannette Rodríguez, quien llegó a las 3 de la tarde y era la quinta de la cola, caminó la fila entera unas dos o tres veces verificando que nadie se hubiese coleado. “Uno tiene que estar pendiente. Los de la Duncan salen cuando les da la gana. Entonces la gente se pone a hacer listas aquí afuera. Ahí en la entrada hay una señora parada con una lista, porque, supuestamente, esta mañana un señor insultó a los empleados de la Duncan. Ellos llamaron a la Guardia Nacional, llegaron los funcionarios y dijeron que aquí no se podía hacer cola, sino en la noche, para que no se interrumpa el flujo regular de los carros. Igual todo estamos aquí desde temprano, esto es un rato”, dijo Rodríguez.

José Torres tiene dos meses buscando batería para su Seat año 2001. “Mi carro agarra carga y me vengo. Así voy, con los cables para que me auxilien encima, que por cierto están en Bs 8 mil”. Cansado de esperar decidió irse porque  “esto es muy inseguro. Esta gente debería darle a uno un numerito y hacerte venir cuando haya el producto que tú necesitas”.

hdsjhkjh
A Bs 60 se pueden comprar pastelitos en el lugar. “Aquí estamos hasta las 6:00 pm” aseguró el vendedor.

“¿Qué te cuesta pagar un poquito más?”

Yo voy a comprar eso por Mercado Libre. Esta cola no me la calo. Eso se compra una vez al año. ¿Qué te cuesta pagar un poquito más? Lo que pasa es que a la gente no le gusta trabajar, o se gastan toda la plata en otras cosas. Yo pago mis Bs 30 mil por Mercado Libre y listo. Uno viene y hace esta cola para ahorrarse unos reales, pero ¿Y si te roban aquí? O ¿si te enfermas?”, dijo Henry Alfonso Avendaño.

Avendaño vino a Caracas a visitar a su hija desde el estado Bolívar, donde “tampoco hay baterías, para mi Toyota Hilux. Es un rollo conseguirlas. La que tengo ahorita, que agarró carga, costó Bs 11 mil. La compré en una venta de repuestos de Ciudad Bolívar, en octubre del año pasado”.

E

La dueña del primer puesto en la cola era Marilyn Márquez, dueña de un Fiat Palio de 2002, quien se encontraba en el lugar desde las 5:00 am del 15 de octubre, acompañada por su hija de 10 años, que no tuvo clase ese día, y su hermano. A las 6:00 pm, aseguraba que estaba agotada y se sentó en la acera de enfrente junto a su pequeña.

“Voy a pasar más de 24 horas en esta cola. Rodé unas cuantas cuadras en cola porque me metí de última en la de ayer y cuando terminaron de venderle a la gente que hizo la cola el miércoles, quedé de primera. Desayuné, almorcé y cené aquí. He gastado más de mil bolívares en pastelitos, empanadas y café. Nada de comida decente”, dijo Márquez.

A esta supervisora, quien trabaja todo el día en la calle, le va a costar retomar el tiempo laboral perdido. “Voy a tener que hacer unas horas extras porque paré dos días por estar aquí. Pero es que tengo que hacerlo. A mí me robaron hace poco, se llevaron el reproductor y la batería. Ando con una prestada que tiene fallas, agarró carga, pero necesito comprar otra. Y esta es la única opción en Caracas”, explicó Márquez.

La única opción en Venezuela 

La Cámara Nacional de Comercio de Autopartes (Canidra), en su  página web, ratifica el llamado al Gobierno nacional para que se realice la subasta de dólares que permita importar autopartes. El presidente de la Cámara, José Cinnirella, aseguró a Efecto Cocuyo que “Por una desacertada política macroeconómica no tenemos ni medicinas, ni alimentos, ni repuestos”. En el sector de repuestos, el 70% de los productos son importados y el 30% se producen en el país. En materia de baterías solo Duncan produce a nivel nacional.

Acumuladores Duncan, al tener que satisfacer toda la demanda del mercado venezolano, ha presentado dificultades para vender los productos no solo en Caracas, sino también en las sucursales en el interior del país. La mañana de este 20 de octubre, más de 500 taxistas protestaron a las puerta del Servicentro Duncan ubicado en la zona industrial de Barcelona, estado Anzoátegui. Se solicitó ante la empresa hacer una excepción con el gremio de transportistas para obtener baterías con mayor facilidad.

Participa en la conversación

1 comentario

Deja un comentario