Por: Lenín Danieri

Los apagones  ya no se miden en horas, sino en días completos en Maracaibo. Esta situación, que por cierto no es nueva, originó manifestaciones generalizadas en distintos puntos de la región desde el último apagón general en la entidad zuliana.

Un colapso que fue paulatino; en primera instancia los cortes eléctricos, después las fluctuaciones de potencia, hasta el apagón general del 10 de agosto, que dejó en penumbras al 80% de la población del Zulia.

La ciudad de Maracaibo desapareció, quedando en  lugar de estructuras y edificios, un enorme manto negro. Los que estaban más lejos de 10 metros de distancia, entre la persona y el objeto en sí, se perdían en ese manto, después la explosión y posterior incendio de la línea de alta tensión ubicada en el puente General Rafael Urdaneta, la semana pasada. El suceso generó daños que afectaron la capa de asfalto del viaducto entre las pilas 23 y 24.

Las reacciones ante esto no se hicieron esperar. Los zulianos cerraron calles en señal protesta, de hecho las manifestaciones se registran desde el jueves pasado. Además, el nada benévolo clima también ayudó. Sacar a los niños y adultos mayores a dormir en plena vía publica durante dos días seguidos fue como dijeron los mismos habitantes del sector San José, “la gota que derramó el vaso”. Neida Uzcátegui comentaba que en el barrio se veían las filas de camas y colchones ubicadas en las calles para, en medio de la oscuridad, tratar de descansar.

La hermana de Nandine Ariza es una paciente crónica, y estaba en una de las cuatro protestas en la avenida Circunvalación 1 de Maracaibo. Los piquetes policiales con motos y patrullas, con funcionarios a quienes les colgaban las lacrimógenas, pero que en ese caso no accionaron sus “herramientas de trabajo”. Quizás la cercanía de la señora hermana de “Nandine les ablando el corazón” decían los presentes.

Pero no todos los policías fueron comprensivos, en otra de las protestas, Polimaracaibo habría llegado disparando, y a plomo, según testigos se llevaron a  una mujer detenida. Incluso los habitantes de un barrio cercano, que aprovechaban el techo de la grada del campo de fútbol para “agarrar sombra”, vieron como los funcionarios practicaban el irregular arresto.

Lo que es nacer en calamidad. La niña con 20 días de nacida de Marcos Muñoz, vecino del sector Sabaneta, llegó al mundo en medio de una crisis de servicios públicos. Su padre usaba una vieja radiografía para ventilarla mientras dormía en una hamaca. “Siento mucha frustración y rabia, estoy soplando a la bebé desde ayer” dijo.

El tránsito vehicular, también colapsó en el puente General Rafael Urdaneta, Allí se paralizó desde el mismo momento en que explotó la conexión de la línea de alta tensión proveniente desde la Estación El Tablazo. La energía liberada dañó la capa asfáltica del viaducto entre las pilas 23 y 24 del puente.

En las primeras horas del incidente, el Zulia volvió al siglo XVIII, la única manera de pasar de una costa a otra era en piragua. Quizás con la diferencia que pagar no era difícil en tiempos pasados como lo es hoy.

Los cortes y apagones en Venezuela no son nada nuevos, pero desde el 24 de diciembre del 2017 hasta hoy, el occidente del país, atraviesa una de las peores crisis energéticas en su historia, de la que no hay precedente en texto o artículo de consulta.

En pocas palabras, ya son 8 meses donde se han registrado 7 apagones generales e innumerables cortes energía por racionamientos y fallas, y ni hablar de las fluctuaciones de potencia, totalizarlas sería un reto para cualquier matemático.

Lo peor es que aun no hay fecha para, la estabilización del sistema interconectado nacional y la eliminación, de lo que el gobierno llama, sistema de “administración de cargas”. Otros no usan eufemismos y lo denominan distinto: Racionamiento Eléctrico.

Foto Panorama

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