El calor de Cúcuta dio tregua durante la mañana y principios de la tarde de este viernes, 21 de febrero. El cielo nublado aliviaba la marcha para los transeúntes mientras en la calle resaltaban los taxis amarillos atorados en el tráfico. A varios kilómetros del centro de la ciudad colombiana, varios ciudadanos comenzaban a concentrase en los alrededores del puente de Tienditas.
Pasadas las 8 de la mañana, detrás de las puertas que mantienen restringido el acceso al puente sobresalían los techos de unos cuatro toldos blancos dispuestos ahí como parte de la logística para el concierto Venezuela Aid Live que se realizará este viernes 22 de febrero con más de 30 artistas de renombre internacional confirmados.
En una esquina, apoyada a una reja, estaba Jourmeyda Perdomo de 39 años años de edad. Mientras se sobaba una pronunciada barriga de casi nueve meses de embarazo, ofrecía a los presentes “tinto” (café) y “perico” (café con leche) que mantenía calientes en termos dentro de un carrito de mercado.

La mujer llegó a las siete de la mañana para aprovechar a vender “alguito”.
Normalmente vende su café en una bomba de gasolina cerca de la zona. “Se deben preguntar por qué no he llegado”, dijo. Ella es venezolana y lleva un año en Cúcuta. Cuando pasó la frontera pretendía ir a Bogotá con una amiga, pero no le alcanzó la plata. Cuenta que dejó tres hijos en Venezuela y en la ciudad vive con una sobrina de su difunto esposo.
Cerca de Jourmeyda estaba Alejandra Alba, una de varios vendedores informales que se acercaron a Tienditas a la expectativa de una oportunidad de trabajo. Ella es colombiana y tiene dos años viviendo en Cúcuta. Con su esposo invirtió dinero para comprar agua y refrescos que quería vender en el puente, pero a media mañana se enteró de que estaría prohibido.
“Mientras más lejos estemos será mucho más difícil. Deberían permitirnos un espacio a todos para que nos beneficiáramos. Para ayudar a la economía que tanto ha atendido a los migrantes. Nos dejaron de un lado”, se quejó la joven. Advirtió que en Cúcuta la mayoría trabaja en el comercio informal. “Además, si no me equivoco, somos la segunda ciudad con mayor desempleo“, indicó.
A la espera de la ayuda humanitaria

Al borde de la carretera, a pocos metros de la entrada del puente, también llegó Xiomara Lazo, con su gorra tricolor. Acompañada de una vecina salió caminando desde el miércoles 20 de febrero de San Cristóbal con solo un bolso y sin dinero.
Por eso llevaba un pote vacío de plástico en el que pedía apoyo a los transeúntes. “Nuestro principal interés es apoyar en la entrada de la ayuda humanitaria, pero también aprovecharemos y veremos el concierto”, contó. Ahí esperaba ver a la diputada de la Asamblea Nacional, Gaby Arellano.
Alguien que estaba seguro de que la ayuda sí logrará ingresar a territorio venezolano era Frank Reyes. Lucía una camisa y gorra de Los Leones del Caracas y relató que la noche del miércoles 20 de febrero cruzó la frontera por la trocha. Él es de Puerto Cabello, en el estado Carabobo. “Tuve que vender mi celular para comprar el pasaje. Tengo que ir a Medellín porque mi mamá tuvo un accidente, la atropelló un camión”, relató.
Hoteles llenos, vuelos copados y muchas expectativas
Este jueves la ocupación hotelera en Cúcuta está al 100%, informo a Efecto Cocuyo la subsecretaria de Turismo de Cúcuta, María Teresa Gélvez. Preciso que desde el martes pasado se coparon las reservas. Buena parte de quienes se hospedan en los principales hoteles son periodistas de todas partes del mundo, así como políticos y miembros de ONG en Venezuela.
La seguridad en la ciudad también ha sido reforzada, en especial en los alrededores de Tienditas.
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