No hay suficientes docentes en formación. A partir de la crisis económica de Venezuela, en el núcleo Táchira de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel) cada vez menos estudiantes ingresan a la carrera de Educación.
Kenny Ramírez, dirigente estudiantil de la Upel en Táchira dijo que la universidad “está pasando por una situación crítica”. 78% de los estudiantes han desertado y ha renunciado la mitad de los profesores y el personal administrativo.
Cuando Ramírez inició la especialización de Educación Física en el 2013 compitió en una prueba con otros 1200 estudiantes para poder ingresar a la carrera. Seis años después, en septiembre de este año, se inscribieron tan solo 78, por lo cual no realizaron prueba de conocimientos.
A pesar de esto, Educación Física sigue siendo la especialización más demandada. Las menos demandadas en Táchira son Informática, Historia, Educación Inicial y Educación Integral.
El presidente del centro de estudiantes, explica que la deserción se debe a tres causas asociadas a la crisis económica de Venezuela. Primero, el Estado, mediante el salario asignado a los profesores menor a cuatro dólares mensuales, “quiere hacer ver que estudiar educación es una pérdida”.
Segundo, al estar situado el núcleo de Táchira en un municipio fronterizo, muchos jóvenes optan por migrar al país vecino, en lugar de estudiar.
En tercer lugar, están las condiciones de la universidad. Denunció que desde hace un año no cuentan con el servicio del comedor estudiantil. Tampoco cuentan con transporte universitario para movilizar a los estudiantes que viven fuera de Ciudad Rubio, la sede de la universidad.
La educación sufre paros y retrasos
En diferentes sedes de la Upel no se iniciará el nuevo período académico hasta el 21 de octubre. Esto es debido a que no se ha finalizado el semestre que empezó en marzo de 2019, después de los contratiempos del apagón nacional.
Sin haber terminado las actividades académicas, en agosto, la Upel tuvo que tomar vacaciones porque los profesores y obreros habían entrado en paro después de que subió 100% el pasaje de autobús. El 23 de septiembre retornaron de estas vacaciones 800 estudiantes, sin embargo, a la fecha se estima que quedan menos de 100 estudiantes.
Raúl López Sayago, rector de la Upel dijo que las actividades se estarían reiniciando “con todas las dificultades y contratiempos”. Además del comedor cerrado y el transporte inexistente, «la infraestructura está deteriorada, no hay insumos académicos y la tecnología es obsoleta».
De acuerdo con López Sayago, la gratuidad de la universidad se terminó en el momento en el que el Ministerio de Educación centralizó el presupuesto universitario mediante la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu).
“No ha sido posible que hayan podido organizarse para ser proveedores de las universidades nacionales.”, dijo.
Desde hace cinco años, las universidades no reciben los pagos por gastos de mantenimiento.
“Estamos intentando hacer de todo para ver de qué manera podemos medio paliar las condiciones de infraestructura, pero nunca se va a poder resolver el problema con esta gestión de gobierno.”, dijo Sayago.
Una fuente del personal administrativo de la Upel reveló que para el año académico 2019-2020 la Opsu solo pagó un 25% del presupuesto administrativo. Por lo cual, la universidad solo puede pagar a sus empleados el salario básico de ocho meses, excluyendo las primas por jerarquía y la posibilidad de un aumento salarial.