Recientemente, el ministro para la Educación, Héctor Rodríguez, sugirió un plan para hacer que los docentes venezolanos pospongan su jubilación y sigan activos dentro de las aulas escolares por más tiempo. A muchos de los gremios de maestros y maestras esa propuesta les pareció una «burla», si se considera los bajos sueldos que este sector recibe en la actualidad.
La plataforma Gremio Docente, que agrupa a trabajadores de la enseñanza de todo el país en una lucha clandestina a través del ciberespacio, a manera de respuesta al ministro, señala que en estos tiempos más bien los docentes optan por adelantar sus jubilaciones, debido a que esos salarios no alcanzan para vivir mejor y por ello buscan «redondear la arepa» con otras actividades.
Gremio Docente indica también que para el próximo año escolar, incluso, el Ministerio ha exigido que los docentes extiendan su carga horaria, para evitar situaciones como las ocurridas en los recientes periodos escolares con los llamados horarios mosaicos.
«El Ministro de Educación ha sido enfático: las 36 horas asignadas deben cumplirse en su totalidad a partir del año escolar 2025-2026. A quienes no lo hagan, se les aplicarán descuentos salariales. Esta decisión ha generado inquietud y rechazo en el gremio, ya que muchos consideran que se trata de una medida desconectada de la realidad económica del país», denunció la coalición de maestros.
Sin perder «beneficios»
Según destacan estos activistas, esa exigencia de cumplir estrictamente las 36 horas semanales asignadas empuja a muchos maestros a una decisión drástica: solicitar la jubilación anticipada; pues con un salario base de apenas 6 dólares mensuales, los educadores ven en la jubilación una vía de escape a la presión gubernamental y a una remuneración que no alcanza para vivir.
«Aquellos que cumplen los requisitos para jubilarse –25 años de servicio en zonas urbanas o 20 en rurales– están optando por abandonar las aulas antes de tiempo. La jubilación, aunque representa una pensión igualmente precaria, se percibe como una liberación de las nuevas imposiciones laborales.
“Es preferible una pensión mínima que seguir lidiando con horarios imposibles y un sueldo de miseria”, afirma José*, un docente de la cátedra de Historia, de Barquisimeto, estado Lara, con 26 años de servicio.
Menos horas
Gremio Docente asevera que mientras muchos buscan su jubilación, hay otros maestros que optan por reducir su carga horaria de 36 a 26 o incluso 20 horas semanales.
«Esta estrategia les permite seguir trabajando bajo el formato de 2 o 3 días a la semana, sin sacrificar ingresos clave como el Bono de Guerra Económica (120 $ BCV) o el Cesta Ticket (40 $ mensuales), los cuales se mantienen mientras el docente tenga al menos 18 horas de carga laboral.
Los sindicalistas agregan que la imposición del cumplimiento estricto de horarios y las amenazas de descuentos han provocado una reestructuración silenciosa dentro del sistema educativo
«Muchos docentes intentan mantenerse activos sin perder sus beneficios, otros deciden jubilarse antes de tiempo, y todos coinciden en algo: el salario base docente es insuficiente para vivir«, señalan.