Al menos seis colegios de Fe y Alegría han sido víctimas de la inseguridad durante la cuarentena nacional, que inició en marzo. A esta cifra se le suma el colegio San José de Tarbes de El Paraíso, que también está afiliado a la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec).
En el colegio Padre Machado de Fe y Alegría se registró el suceso más reciente. Cuando su directora, Gilmary Quijada, asistió a las instalaciones el pasado viernes 17 de abril, se dio cuenta de que las instalaciones habían quedado “completamente a oscuras”.
“Me di cuenta de que una de las brequeras estaba destapada”, refiriéndose a la cajetilla donde se encontraban los interruptores eléctricos. “Habían robado las ocho brequeras y los bombillos de los baños”, dijo la profesora en una entrevista telefónica para Efecto Cocuyo este 21 de abril.
Según explica, el colegio no estaba resguardado más que por recorridos eventuales que hacía ella misma acompañada de otros directivos, ya que no se les había podido tramitar un salvoconducto a los vigilantes para trasladarse al recinto. Mientras que la escuela queda en Las Acacias, en el centro de Caracas, la mayoría de sus vigilantes viven en Propatria, al oeste.
A uno de esos trabajadores un miliciano lo detuvo en el metro de Caracas y le dio instrucciones de no salir de su casa, ya que es mayor de 60 años y, por lo tanto, de alto riesgo para contraer el coronavirus.
Los tienen “de sopita”
Quijada advirtió que desde hace dos años los maleantes “nos tienen de sopita”.
“En varias oportunidades han ingresado y nos han robado computadoras, microondas, aire acondicionado y la nevera ejecutiva de la sala de profesores”, comentó.
Mientras tanto, los funcionarios de seguridad se mantienen pasivos. El año escolar pasado, en el que se robaron la mayoría de los elementos que mencionó, la policía pudo recuperar los electrodomésticos arrebatados, más no los devolvió a la institución. Al contrario “los conservaron de evidencia”, le dijeron los funcionarios a la directora que se encontraba en funciones administrativas ese año.
“La policía observa, toma foto, agarran el reporte y nos dicen “les estamos avisando”.
Ya la directora tiene poca fe en los cuerpos de seguridad, por lo cual ha decidido guardar las computadoras restantes bajo llave en su casa.
“Ando preocupada. Estoy yendo al colegio a ver si por lo menos nos dejaron las paredes”, dijo.
Sin recursos
En la escuela Pampero de Ocumare del Tuy se llevaron 7 “canaimitas”, una laptop, un videobeam, papelería y hasta jabones durante la cuarentena. Así reseñó el director de la institución a los actos vandálicos que sucedieron el jueves y domingo de la semana santa.
“Se metieron por la parte de atrás de la dirección, destrozaron el acceso y se acabaron de llevar lo que quedaba” dijo el profesor Antonio Silvestre.
Esta institución tiene vasta experiencia en estos atentados. Sobretodo sufrieron las oleadas de robos del año escolar 2017-2018 y el año 2018-2019.
“La escuela en aquel momento contaba con aires acondicionados, se llevaron eso, la tubería del cableado, las cajetillas donde están los brequers, el cableado e hicieron destrozos de una manera terrible, constante y frecuente”, sentenció.
Incluso en esas oportunidades lastimaron a los vigilantes. Al igual que en el colegio Padre Machado, la cuarentena agarró de baja al personal de seguridad, que también en Pampero son personas de alto riesgo.
Ahora, para hacer un refuerzo a la seguridad tuvieron que pedir apoyo a la red Fe y Alegría, a la cual pertenecen, para pagarle a los suplentes.
Fe y Alegría pertenece al convenio de subvención que la Avec sostiene con el Ministerio de Educación. La red destinada a la educación de las personas con bajos recursos cuenta con un 90% de apoyo del estado para el pago del personal de las instituciones, el otro 10%, que reciben del aporte de los padres se utiliza para el mantenimiento del plantel, pero no es suficiente para invertir en la recuperación del material.
“Nos duele muchísimo la pérdida de las canaimitas, porque tenemos años que no nos dotan con más, y el videobeam es un recurso irremplazable en este momento”, lamentó.
Nadie se salva
Con la actuación de la policía ayudaron a movilizar parte del resto de los equipos que quedaban en la institución a las casas de los representantes o empleados para el resguardo.
“Sacamos una computadora y bombonas de gas, pero tampoco podemos llevar todo el colegio”, dijo.
La profesora Alexandra Rodríguez, directora de la escuela María Rosa Mola, en Catia, coincidió con que requiere de gran esfuerzo para recuperar las pérdidas. La semana que empezó la suspensión de clases en Venezuela, y con ella la cuarentena, su plantel fue vulnerado dos veces.
El miércoles 18 de marzo se llevaron material higiénico del baño de estudiantes y el jueves 19 la planta de sonido y micrófono que usaban para llamar a los alumnos a la hora de salida. En este caso, era la primera vez que los robaban.
Otras tres escuelas Fe y Alegría de las que Avec tiene conocimiento de robos durante la cuarentena han sido el colegio Enrique Osso, en Caracas, el colegio San Luis en Cumaná y la Escuela Caroní en Bolívar.
Robo tres en uno en El Paraíso
El domingo de resurrección también robaron las instalaciones del San José de Tarbes de El Paraíso. De acuerdo al presidente de la seccional oeste de Avec, Jorge Hernández, ya la madre superiora había advertido de unas personas que merodeaban en la comunidad.
Este robo afectó a tres instituciones que convergen ahí. Además del colegio privado y autosustentable, saquearon los equipos de la oficina de Avec y “de ñapa” se metieron el colegio subvencionado Madre San Jacks.
Ni las hermanas tarbesianas ni los vigilantes se percataron cuando los maleantes entraron en esta amplia institución. En uno de los laterales los delincuentes violentaron una de las ventanas de madera construidas en el siglo XIX y entraron a la oficina de Avec.
“Se llevaron cuatro computadoras” de la seccional del oeste de la asociación y otra más en la oficina de al lado, que sí pertenecía al patrimonio del colegio. En el Madre San Jacks, que está en la parte de atrás de su colegio hermano, se llevaron el extintor de fuego.
Otros dos días de la cuarentena se habían llevado una licuadora y lavadora de la casa de las hermanas y los ventiladores de unos salones donde tienen las tareas dirigidas en el San José de Tarbes.
Sin embargo, después de aquel domingo los funcionarios de la Guardia Nacional se comprometieron a resguardar las instalaciones. El pasado miércoles 15 de abril los vecinos de El Paraíso notaron un nuevo movimiento irregular, y tras llamar a los militares entre “bulla”, se presentó el cuerpo de la guardia.
“Hubo un tiroteo pero no lograron capturar a nadie”, dijo Hernández.
Las implicaciones del robo afectan al funcionamiento de Avec. En el equipo robado se contaba con información recopilada de los proyectos en todas las escuelas del oeste. Ahora ve “complicado y difícil” que las computadoras se puedan recuperar.