Mientras unos celebraban la firma del tratado de paz que pretende poner fin a más de 50 años de conflicto armado, otros se plantaron en contra de lo que consideran un proceso de pacificación imposible. La mitad de la población colombiana celebró hoy la firma del documento entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). La otra parte sigue abogando por el No de cara al plebiscito a celebrarse el próximo domingo, 2 de octubre.
Los últimos cuatro años de negociaciones entre las partes no solo dejaron el acuerdo firmado este lunes, sino también una profunda polarización en la gente. La familia de Isamar Naranjo, una joven colombiana que reside en Caracas desde hace 17 años, conoce bien esta problemática.
“Tengo un primo que es sumamente uribista y por eso no está de acuerdo con la firma del tratado”, contó. Sin embargo, el próximo domingo ella irá al consulado colombiano a votar por el Sí junto a sus padres y su hermana. “Hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, pero es lo más esperanzador que veo en el camino. Es darle mi voto de fe“, contó.
Aunque este lunes fueron televisados los dirigentes políticos vestidos de blanco y los globos y pancartas a favor de la paz, la división siguió latente en la población. “Los mismos colombianos están hablando de eso con mucha cautela”, expresó Maridoug Cividanes, una venezolana que se mudó al país vecino en octubre de 2014.
Para Cividanes, el Sí tiene mayores probabilidades de ganar en el plebiscito. Sin embargo, aseguró que el expresidente Álvaro Uribe tiene una campaña montada por el No. “Ciertamente, el país está sumamente dividido y hay muchísima propaganda a favor de cada una de las opciones”, dijo.
Uno de los factores que juega en contra del tratado es que es percibido por algunos como poco específico. Así lo explicó Gabriela Barrios, una joven estudiante de Psicología que tiene seis años residenciada en Bogotá. “Hay mucha incertidumbre y mucha gente que no sabe bien qué hacer”, contó, “hay puntos que no están para nada claros, quedan muy abiertos y dejan espacio para la corrupción“.
El proceso de pacificación no ha estado exento de gastos. Ambas partes han invertido dinero en promoverlo o en tratar de frenarlo. Sin embargo, Barrios aseguró que, de poder participar, le daría un voto de confianza a la paz. Especialmente porque ha contado con un importante esfuerzo de parte de la comunidad internacional.
“Aquí la gente no está para nada alegre. Están dudosos, tienen miedo de tomar una mala decisión y de confiar en las Farc“, dijo la joven psicóloga. “Pero también hay gente a la que le da cosa votar en contra de la paz, sobre todo por lo que representa el uribismo, que hizo tanto daño a Colombia y que en su momento le trajo más violencia“, añadió.
A pesar de haber pasado la mayor parte su vida en Venezuela, Naranjo no es ajena a los problemas de su natal Colombia: Antes de la crisis, viajaba con su familia a Bogotá una o dos veces al año. También sigue diariamente en casa el noticiero colombiano y ha hablado con sus padres sobre los atentados que atormentaron al país por tanto tiempo.
Se tratara de las Farc, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) o del cartel de Pablo Escobar, Colombia siempre estuvo plagada de violencia. Tras ver las mesas de negociación y los demás intentos del Gobierno que acabaron disueltos, Naranjo considera que la firma del tratado de paz parece ser la solución más concreta a la que han llegado los esfuerzos de poner fin al conflicto armado.
“El otro día hablé con mi papá y dijimos que íbamos a votar por el Sí para darle un chance al país. Para que haya más oportunidades y más empresas que se interesen en invertir en Colombia. Para que haya más turismo y que se dé a conocer el país por sus cosas buenas, no por el narcotráfico y la guerrilla“, sentenció.
Este acuerdo de paz es cómodo par Santos y para las Farc, pero incomodo par el pueblo colombiano. Si el plebiscito llegara a ganar con tan solo un i0% de ventaja seria prácticamente una derrota para ambos firmantes. Este acuerdo no lograra la paz porque siguen vivas las condiciones que habían cuando comenso la guerra: pobreza e injusticia. Ademas la guerrillas del ELN siguen en pie de lucha. Gran parte de los guerrilleros de las FARC siguen activos y no entregaran las armas. El narcotrafico no deminuira, todo seguirá igual en Colombia. A Londoño no le perdonaran sus crímenes y tampoco a los cientos de guerrilleros. .