El papa Francisco proclamó este miércoles al primer santo hispano de Estados Unidos, Junípero Serra, en una ceremonia multitudinaria en Washington donde afirmó que el franciscano español buscó defender la dignidad de los indígenas que evangelizó y los protegió de quienes los habían abusado.

A propósito del nuevo santo, el Sumo Pontífice lo calificó como uno de los “padres de la patria” de Estados Unidos y único personaje español del National Statuary Hall del Capitolio de Washington. Se refirió, además, a la controversia que causó en 1988 la beatificación de Serra, ya que en las misiones que fundó convirtió a miles de indios, algunos de cuyos descendientes le acusan de crueldad.

Se trató de “abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos”, dijo sobre el nombramiento. El papa señaló el lema que inspiró los pasos de Serra y plasmó su vida: “Siempre adelante”. También reconoció la capacidad del beato para dejar su tierra y costumbres e ir a abrir caminos en otro lugar. Sobre ello insistió en que “se animó a abrir caminos, supo salir al encuentro de tantos aprendiendo a respetar sus costumbres y peculiaridades”.

La ceremonia de canonización se celebró en el exterior del Santuario nacional de la Inmaculada Concepción y a ella asistieron unas 25.000 personas,en su mayoría hispanos, lo que explica que su homilía haya sido en español.

Serra sube a los altares por el impulso de Francisco, quien lo ha proclamado sin que se haya confirmado un segundo milagro del santo, necesario para poder ser elevado a los altares. Según explicó el pasado enero lo hizo a través de la canonización equivalente, que permite ascender sin necesidad de aprobar un milagro debido a la probada veneración popular.

Junípero Serra

El nuevo santo nació en la localidad de Petra, al oeste de Mallorca, el 24 de noviembre de 1713 y falleció en Monterrey, en el estado de California (EE.UU.), el 28 de agosto de 1784. En 1749 zarpó de Cádiz hacia “Nueva España”, como misionero franciscano en una larga travesía que le llevó, primero a San Juan de Puerto Rico y finalmente a Veracruz, México. Allí se unió al colegio de misioneros franciscanos de San Fernando y en 1767 fue nombrado superior de las misiones de Baja California. Dos años después llegó a lo que hoy es territorio estadounidense para continuar con su labor evangelizadora.

En la alta California, fundó 21 misiones, entre ellas las de San Diego de Alcalá, San Carlos Borromeo de Carmelo, San Gabriel Arcángel, San Luis Obispo de Tolosa, San Francisco de Asís y San Juan de Capistrano, que con el tiempo se convertirían en las ciudades de San Diego, Los Ángeles, San Francisco y Sacramento. La mayoría de estas misiones son, en la actualidad, Patrimonio Mundial de la Unesco y forman parte de una red viaria que recorre Estados Unidos y México.

Fray Junípero Serra falleció en la misión del Carmel de Monterrey en 1784, donde se conservan sus restos; un relicario con un fragmento de un hueso del santo quedó expuesto en el altar desde el cual el papa presidió la canonización.

El Santo Padre llegó el martes a Estados Unidos procedente de Cuba dentro de su décimo viaje internacional y la canonización fue el último público que tiene programado para la jornada. Ésta comenzó con el recibimiento oficial que le hizo en la Casa Blanca el presidente de Estados Unidos, Barack Obama la mañana de este miércoles.

EFE

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