Las ciudades las definen sus gentes, paisajes, sabores y también sus sonidos. A Santiago de León de Caracas, hoy en su 451 cumpleaños, nadie le quita lo bailado, porque son muchas las canciones que ha inspirado y voces que le han cantado.

A Elisa Vegas, directora artística de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, se le aguan los ojos al recordar Caracas vieja, de Luis María Frómeta, mejor conocido como Billo Frómeta, creador y director de la popular orquesta Billo’s Caracas Boys.

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La joven directora recuerda que en su hogar -ubicado en La Florida- el día empezaba y terminaba al ritmo del latin jazz: del colegio se iba directo a la orquesta con los compases de Chaikovski; mientras que en la casa de sus abuelos vivía con las canciones de Alfredo Sadel.

La Caracas de cuando Vegas era niña suena a lo que se escuchaba en casa de sus padres y  abuelos. En el hogar de estos últimos, un buen bolero jamás faltaba. La Plaza Los Museos, el Museo de Arte Contemporáneo, el Teatro Teresa Carreño, las mesas de los jugadores de ajedrez en el bulevar de Sabana Grande y las grandes librerías son espacios que atesora en sus recuerdos de esa ciudad, donde aún sigue con su batuta en alto.

Cuenta que cuando sus amigas compraban discos de Fei y Shakira -las artistas del género Pop del momento- y el rock argentino estaba conquistando el mundo, De repente llegó Aldemaro Romero a copar sus favoritos musicales, así como Luis Miguel. “Él (Romero) está absolutamente relacionado con la ciudad. Por ejemplo, ahorita se me viene a la mente no en letra sino en melodía. Eso es Caracas, un esplendor dentro de un caos“.

En estas últimas semanas, su dinámica en la ciudad se ha concentrado en la Asociación Cultural Humboldt, donde ensaya con la orquesta su próximo espectáculo: Broadway en Caracas, producido por Magdalena Frómeta, Yessica Serrano y escrito por su padre, Federico Pacanins.

Construir ciudad

Elisa Vegas no entiende a Caracas sin la música. Durante su adolescencia descubrió al  Ensamble Gurrufío. “Cuando vi que se podía hacer música venezolana unida a la música académica, a mí se me abrieron los ojos”.

Tuvo la oportunidad de ser clarinetista en una presentación de la Orquesta Sinfónica y la agrupación de música folclórica en los espacios de Pdvsa La Estancia. Este concierto es una de las vivencias “más bonitas” que ha tenido en Caracas.

A la fecha, Vegas vive Caracas de forma más interna. “Siento que estamos en una etapa en la que a lo mejor mi ciudad no es tu ciudad ni es la ciudad del otro… Caracas es un caos con oasis”. Un lugar donde cada persona encuentra espacios en los que se siente seguro, que “terminan siendo un aliento para seguir adelante”.

Para la clarinetista, la ciudad de este 2018 aún suena a las canciones de Billo Frómeta, quien falleció hace 30 años y dejó un importante repertorio musical dedicado al valle capitalino. Caracas vieja, Bella Caracas, son algunas de la piezas que ha interpretado con la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho.

Vegas se confiesa una enamorada de Venezuela. Cree en el potencial de sus habitantes y que cada quien desde su espacio puede resaltar la belleza de la ciudad. Siempre está buscando proyectos que conecten el espíritu de los caraqueños con la buena música.

De esa forma, está convencida de que está “construyendo ciudad“. “Simplemente creo que tenemos que volver a tener más amor por nuestro espacio y así la convertiremos en lo que soñamos”.

A continuación, el vídeo de la entrevista:

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