Un sismo de magnitud 6,9 sacudió a al menos 10 estados del país la tarde del martes 21 de agosto. Desde entonces, la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) ha registrado otros 11 movimientos telúricos de menor magnitud, todos con focos en el estado Sucre.

Jaime Avendaño León, sismólogo y exdirector del Centro de Sismología de la Universidad de Oriente (UDO), explicó a Efecto Cocuyo que la actividad sísmica del pasado martes fue “de gran magnitud“, por lo que deben esperarse más movimientos durante un tiempo indefinido.

Estos movimientos podrían ser de menor magnitud, como los que ha registrado Funvisis en las últimas 24 horas, que son de magnitud 5,7 o 3,8.

“Se va a mantener una sismisidad porque lo que está pasando es que la corteza terrestre se alteró y se debe volver a ajustar. La sismisidad persistirá hasta que la naturaleza diga ‘no más’”, dijo el también docente jubilado.

Detalló que la actividad sísmica podría durar días, semanas, meses e, incluso, años y que su duración no se puede predecir. Precisó que después del terremoto de Cariaco en 1997 este tipo de eventos naturales se mantuvieron durante los siguientes dos años.

Llamó a la población a mantener la calma y a no hacer eco de rumores ni replicar información falsa. “Se sabe que es normal que, después de un sismo fuerte, deben seguir eventos secundarios de menor magnitud”, dijo.

Avendaño explicó que, pese a su fuerte magnitud, el sismo no causó mayores daños estructurales ni dejó un saldo de víctimas porque fue muy profundo. Según Funvisis, el terremoto tuvo una profundidad de 31,6 kilómetros.

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“A mayor profundidad, menor es el daño. Sin embargo la onda sísmica es mayor, por eso el terremoto se sintió hacia el sur: hacia Puerto Ordaz, Boa Vista e, incluso, Guyana“, apuntó. “Un sismo de esa magnitud a una profundidad como la de Cariaco (10 kilómetros) nos hubiera destrozado”. 

Añadió que las áreas de mayor riesgo del país se encuentran hacia la costa venezolana, desde Güiria (Sucre) hasta Boca de Aroa (Falcón) y que de allí baja hacia Trujillo, Táchira y Mérida.

El exdirector del Centro de Sismología de la UDO considera que el país sí estaba preparado para enfrentar el terremoto que afectó a la región oriental en el año 1997. Sin embargo, dijo que hoy día tiene “la duda” de que en las escuelas y en los estados de Venezuela exista prevención y preparación en torno a este tipo de desastres naturales.

“Es bueno que esto haya ocurrido para que veamos que tenemos que prepararnos. No es posible que, anteriormente, Venezuela era ejemplo para otros países y que hoy no haya normas de prevención“, advirtió.

Es por esta razón que instó al Estado venezolano a hacer un reforzamiento de las estructuras más antiguas, para evitar que colapsen ante un evento sísmico de mayor magnitud.

También exhortó a las autoridades a revisar el estado de los puentes, carreteras, represas y sistemas de suministro de gas, agua, electricidad y telefonía de todo el país, con el fin de determinar en qué condiciones están tras el terremoto del pasado martes.

Además recomendó a las familias prepararse para posibles eventos de este tipo. “El país debería contar con una preparación que se tiene que revisar a diario. Es como salir a trabajar. Hay que mantener la calma y revisar cuáles son los sitios seguros para resguardarse en caso de un terremoto y hablarlo con los hijos y con los ancianos. Todos deben estar al tanto”, afirmó.

Funvisis, por su parte, ha resaltado en su página web que Venezuela es un país con historial sísmico, cuya “zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos 100 km de ancho, (…) a lo largo de Los Andes, la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente”.

Agrega que “los sistemas de fallas de Boconó-San Sebastián-El Pilar han sido propuestos como el límite principal entre las Placas Caribe y América del Sur“, por lo cual la actividad sísmica que se registra a diario por esta institución.

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