El Gobierno de Bolivia decidió este jueves, 1 de diciembre, retirar el permiso de operaciones de la aerolínea LaMia, así como suspender, momentáneamente, a las autoridades del sector aeronáutico del país mientras se lleva a cabo una investigación que busca dar con las razones que ocasionaron el accidente del pasado lunes 28 de noviembre, donde murieron 71 personas, entre ellas casi toda la plantilla del equipo futbolístico Chapecoense de Brasil.

La decisión del Ejecutivo boliviano afecta directamente a las principales autoridades de la Dirección General Aeronáutica Civil (DGAC) y de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA), aseguró en rueda de prensa el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Milton Caros.

El funcionario aseguró que no están “responsabilizando a ninguna persona”, pero destacó que, mientras continúan las investigaciones, no ven conveniente que los ejecutivos sean suspendidos.

El Ministro también ordenó hacer otras dos investigaciones a la aerolínea LaMia. Caros afirmó que hay que saber las razones por las que se otorgó empresa una certificación como operador aéreo y si esta cumplía todos los requisitos, además indagar sobre el capital de la empresa, así como sus accionistas y ejecutivos.

Mientras tanto, las autoridades colombianas aseguraron que el piloto debió hacer una parada obligatoria para recargar combustible y no poner en riesgo la cobertura completa de la ruta en el vuelo. Esta afirmación viene apoyada por las declaraciones de la aeromoza Ximena Suárez, sobreviviente del accidente y quien aseguró que la razón principal del accidente fue la falta de gasolina.

El Director General de la empresa indicó que el piloto Miguel Quiroga optó por no aterrizar y recargar en Bogotá, y que su primera opción era repostar en el aeropuerto boliviano de Cobija. No obstante, Quiroga prefirió continuar al saber que este terminal aéreno no presta servicio nocturno.

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