En medio de una oleada de migración como la que vive Venezuela, la población de adultos mayores es la tiende permanecen en el país. Algunos cuentan con familiares que los apoyan con sus necesidades y ayudan a paliar la hiperinflación, pero recientemente se ha comenzado a visibilizar una realidad, por mucho, desalentadora.
La ONG Convite denomina “abuelos huérfanos” a aquellas personas de la tercera edad que se encuentran desprotegidas porque no tienen quién los acompañen en esta etapa de sus vidas, algunos porque sus familiares se han ido al extranjero y otros porque aunque tienen familia, esta no les brindan atención y cuidado.
Casos como estos han sido identificado en el municipio Chacao desde hace al menos dos años por la Dirección de Desarrollo Social de la Alcaldía, que actualmente trabaja para brindar ayuda a esta población vulnerable desde distintos enfoques.

En enero de este año, las autoridades locales se aliaron con la Fundación Alma y crearon el Programa Ángeles Guardianes de la Tercera Edad.
Su coordinadora, Saida Ascanio, explicó que una vez a la semana se reúnen para elaborar seis menús que se les entrega en sus hogares a los 20 abuelos que por ahora atiende la iniciativa. Los seleccionados, agregó, registran bajo peso y la tienen alrededor de 80 años de edad.
En la primera entrega de alimentos también fueron atendidos 11 niños y un adolescente del barrio La Cruz en Chacao que están en condiciones críticas, sin embargo Ascanio explicó que están canalizando qué otras organizaciones sigan apoyando a estos pequeños, para ellos poder incluir a los nuevos casos que continúan surgiendo de personas de la tercera edad que requieren asistencia.
Afectación psicológica
En Chacao funciona también, desde hace 24 años, el Programa de Juventud Prolongada que esta orientado a promover la actividad física de los adultos mayores e involucrarlos en actividades culturales, recreativas y de jornadas de salud. Algunas jornadas se realizan en su sede, en la calle Monseñor Grilc, y otras las llevan a las comunidades y espacios públicos.
En total tienen 400 inscritos, pero regularmente participa alrededor de 50 %. La gran mayoría son mujeres entre 60 y 72 años de edad. Anabel Castro, coordinadora de este programa, que recientemente se han adaptado a atender las necesidades psicológicas, ya que muchos abuelos manifiestan signos de depresión, en algunos casos asociados a la reciente separación de su allegados que migraron.
“Sienten la desmejora económica. Incluso aquellos a quienes les envían dinero, les sigue costando conseguir alimentos o medicinas; también les afecta la soledad”, dijo.
El presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, Miguel Ángel de Lima, explicó que la prevalencia de depresión se incrementa en el adulto mayor, pero que no es frecuente que busquen ayuda por su cuenta por lo que hay que estar alerta ante signos de aislamiento.
Añadió que en los primeros años de esta etapa estos sentimientos de rabia, frustración y pérdida de independencia suelen estar asociados al retiro de la actividad laboral y a medida que aumenta la edad se vinculan a las dificultades para movilizarse a los malestares que pueden aparecer asociados al envejecimiento.
Ley difusa
El presidente de Convite A.C, Luis Fernando Cabezas, señaló que actualmente en el país existe un marco jurídico difuso en referencia a este sector de la población. “Hay un vacío en la Ley de Servicios Sociales, poca profundidad y no se entiende el tema del envejecimiento”, opinó.
Desde la comisión de Familia de la Asamblea Nacional existe un proyecto para promulgar una ley que resalte la responsabilidad del núcleo familiar en el cuidado de los mayores, así como ocurre en el caso de niños y adolescentes.
De momento “no existe ningún mecanismo impositivo” respecto al abandono de una persona de la tercera edad, sino que se resume a motivaciones morales y éticas, añadió Cabezas.
Foto principal: Iván Ernesto Reyes