A 173 días de la reclusión de Manuel Morales, director de la cadena popular de supermercados Día Día, su hija Patricia dirigió una carta al presidente venezolano, Nicolás Maduro, para “hacerle una petición de todo corazón. Por favor, deje en libertad a mi papá.”
La joven dirigió la misiva al mandatario para que en su condición de padre atienda el ruego que hace.
Manuel Andrés Morales Ordosgoitti permanece preso en espera de juicio bajo los cargos de presunto boicot y desestabilización a la economía, delitos contemplados en la ley de precios justos.
Aquí la carta completa de su hija a Maduro
De todos los retos que he tenido que enfrentar en mi vida, este ha sido el más difícil. Por esta razón quiero dirigirme al Presidente de la República, señor Nicolás Maduro, pero no como máxima autoridad del país, sino como papá.
Vengo a hacerle una petición de todo corazón. Por favor, deje en libertad a mi papá
Manuel Morales, que está detenido sin haber cometido ningún delito. Pienso que, aun siendo un jefe de Estado y una persona con tantas responsabilidades, para usted no hay responsabilidad más importante que su familia. Así somos nosotros también. Para mi papá, nosotros somos lo más importante. Y, aunque también se dedica a su trabajo con mucho esfuerzo y compromiso, jamás ha dejado de cumplir con nosotros y acompañarnos en los grandes momentos.
Por eso me dolió tanto ver su silla vacía el día de mi graduación. Mi papá, quien me ha llevado de la mano en cada día difícil, no estaba allí cuando recibí un logro que sin duda, es compartido. Ese ha sido, hasta ahora, el día más importante de mi vida. Y mi papá, no estaba. Ya no estará jamás en la fotografía donde aparezco con mi título. Pero sí puede estar mañana. Esta misma tarde. O cuando usted lo ordene. En sus manos está poner fin a esta injusticia, que nos entristece a todos. Usted sabe, como padre de familia, lo doloroso de una separación y más cuando ya es tan larga.
Me ha tocado crecer y madurar bruscamente. Pero aún así me motiva el hecho de que mis logros además de ser para mí, también son para él. Porque mi papá es mi motor principal cuando las cosas se complican. Por eso le ruego a usted por su libertad, porque es un acto de justicia doble: primero, porque mi papá no ha hecho nada malo, él hace las cosas bien o no las hace; y segundo, porque necesito que esté en nuestra casa para hacer lo que mejor hace, ser el mejor papá del mundo.