Van más de 120 horas de huelga de hambre. Solo quedan 23 personas de las 50 que iniciaron con la protesta, quienes sobre cartones que hacen las veces de colchón, junto a sábanas y bolsos, pernoctan en la plaza de La Moneda, en el centro de la Capital, reclamando lo que se les debe.

Los extrabajadores de la petrolera transnacional estadounidense, Exxon Mobil, reclaman sus pasivos laborales y salarios caídos al Gobierno, luego de que la expropiación hecha durante el Gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, los dejara en desempleados.
En la huelga de hambre instalada en Caracas ha habido bajas. De los que se desincorporaron, dos lo hicieron por presentar problemas cardíacos.
Briseida Castillo era la única mujer en la huelga. Ella es paramédico y ayudaba a la atención de los huelguistas y en esa labor se incorporó, pero fue sacada por los asistentes de la protesta por presentar la tensión muy baja.

Para Ciomara Gil todo ha sido muy duro. A su esposo, también extrabajador, le han dado tres ACV y padece dificultad motora y al mes tiene que pagar 350.000 bolívares al mes para su tratamiento. Viven en Delta Amacuro y lo cuidan su hijo y su novia, mientras ella está aquí para no abandonar esta lucha.
Así pasan los días de los huelguistas, sin que conozcan ninguna diligencia que apunte a resolver su situación. El hambre, tras las horas, se ha hecho un padecimiento extremo de reclamo.

Fotos de Mairet Chourio | @MairetChourio