Igor García, el violinista venezolano que une a sus vecinos madrileños con la música
Desde su balcón en la calle Españoleto de Madrid, el joven de 24 años interpreta melodías para sus vecinos en cuarentena.

Cuando Igor García tuvo un violín en sus manos por primera vez supo que era el instrumento que siempre querría tocar. Tras conocer la música a través de su abuelo paterno, el oriundo de Santa Cruz de Mora, en Mérida, se formó en Caracas y Estados Unidos, luego emigró a España; allí le tocó vivir la pandemia de COVID-19 y desde su balcón en la calle Españoleto de Madrid, el joven de 24 años interpreta melodías para sus vecinos en cuarentena.

“Al comienzo de la pandemia estaba bastante inquieto; como todo el mundo, estaba con incertidumbre. ¿Seré capaz de llevar esto de estar encerrado? Creo que empiezo a entender a los que están encarcelados; tuve sueños y no podía quedarme sentado en vano, había una posibilidad de hacer algo”, dijo a Efecto Cocuyo, durante una emisión del programa Con La Luz. 

Al ver a muchos músicos, artistas e incluso atletas interpretando o enseñando desde sus hogares, Igor se animó a salir a su balcón y, a pesar del distanciamiento, intentar conectar a sus vecinos a través de la música.

“Fue así como empezó. Cada vez iba siendo menos extraño”, destacó. “Ahora los vecinos son amigos, nos tenemos en el celular. Incluso me graban desde sus apartamentos y me sugieren canciones”, agregó.

Desde entonces, Igor García ha interpretado diversos géneros y canciones como Ave María, Alma Llanera, Bachata en Fukuoka, China de Daddy Yankee y Pajarillo, una de las más aplaudidas. Cada día comparte un nuevo video en su cuenta de Instagram y acumula más seguidores. Su repertorio también se nutre de las propuestas de su público en redes sociales y de sus propios gustos.

“Cada genero tiene su magia, su esencia, ya sea Daddy Yankee o Mozart, cada uno tiene su público y a la gente le gusta”, dijo.

Socializar, ser mejor persona, la interacción con su entorno social y el valor de la amistad son los aprendizajes que Igor resalta de su formación musical. Luego de decidir que quería tocar el violín, tras experimentar con maracas, flautas, tambores y canto de música folclórica venezolana, estudió en el Colegio Emil Friedman de Caracas y fue integrante del Sistema de Orquestas de Venezuela.

Luego cursó estudios en el Berklee College of Music de Boston (Estados Unidos) y actualmente es alumno en el Centro Katarina Gurska en Madrid.

#Ahora @IgorViolin: Lo que más recuerdo al principio era cantar. Ser cantante de música venezolana. Luego empecé a experimentar con los instrumentos. #ConLaluz
https://t.co/9hDwxYzSoi

— Efecto Cocuyo (@EfectoCocuyo) May 14, 2020

“Estoy viviendo buenas experiencias en términos de cultura, del tipo de música que me pueda encontrar aquí. Sobre todo conocer un poco la música flamenca y lo árabe, que también viene de esa rama. Ha sido muy fructífero. Hay una gran diferencia con Boston. Allá estaba más dedicado a internalizar, era más meditativo el aprendizaje. Creo que fue más específico a la música en un aspecto. Pero en España hay como fuego por todos lados”, dijo.

En 201, Igor García lanzó su primer disco, Arias de Ópera, con interpretaciones de clásicos como Nessun Dorma, Casta Diva, Va pensiero y La Habanera. Decidió inclinarse por la ópera en su primera producción por todos los sentimientos que involucra, pero más adelante le gustaría hacer “algo un poco más moderno”. Aunque considera que su disco ha sido un gran avance como artista, dice que aún le falta mucho por desarrollar.

En el futuro le gustaría colaborar, o al menos conocer, al violinista libanés Ara Malikian, reconocido por su talento y su puesta en escena. Le gustaría compartir más con el famoso trompetista venezolano Pacho Flores, ir a un concierto de Lady Gaga, del canadiense Mac DeMarco o del grupo venezolano C4 Trío.

Aunque en su tiempo libre le gusta ver películas, leer y jugar videojuegos, la cuarentena le ha servido para componer melodías que espera convertir en más música en el futuro. También se ha conectado más con su familia y descubrir que su padre, quien graba los videos que sube a Instagram, es un buen cocinero. Como músico, esta etapa lo ha llevado a reflexionar.

“Este momento es perfecto para internalizar uno y ser más atrevido a mostrar. Creo que es un momento para aprovechar”, expresó. “En el contexto de la pandemia, lo que podemos aportar como músicos es la felicidad. Es que estemos bien, que nuestro vecindario y quienes nos estén viendo estén tranquilos a nivel mental e interno. Va a ser pasajero, pero nos va a cambiar”, añadió.