Los escuchabas en el metro, subiendo la Explanada hacia Trocadero, dejando a sus espaldas la Torre Eiffel, iban en grupo, solos, con banderas, gorras, llevaban a sus hijos, esposos o arrejuntes franceses, también los perros hicieron presencia. Después de cientos de manifestaciones en París, es la primera vez que veo 400 personas reunidas en la Plaza de los Derechos Humanos. Estando en estado de excepción no es tan fácil la protesta, y mira que en París hay protestas. Es parte de su idiosincrasia, aunque no es el hecho épico como ocurre en Venezuela; aquí puede que algún cinturón explote o bien, que se aprovechen de la multitud y roben sabroso.

Nada de eso pasó. El grupo «Diálogo con Venezuela» se movió con esa soltura que le da llevar más de una década sacando permisos para alzar la voz del venezolano en Francia. Se hizo la propuesta de llevar camisas amarillas, azules y rojas, finalmente vamos superando el susto de ponerse un trapo rojo, parece que la cosa madura a velocidad Star Wars, una vaina como espacial.

Se cantó el himno y se logró, por un instante, que casi todos estuvieran de un solo lado para la entrevista en vivo de NTN24, fotos, videos, entrevistas, niños y perros sedientos a punta de tetero y agua mineral fueron superando el solazo de las 7 de la noche en verano. Cantaron la ya conocida canción española « Venezuela »… aunque parece que Nacho con Yo soy tuyo y Valiente está tomando fuerza. Si Nacho sigue componiendo especialmente para cada protesta va a superar las 3000 canciones de Juan Gabriel. Adelante, estamos contigo Nacho; no te hagas el chino, pero también es contigo, Chino.

Una hora, sólo se tiene una hora para protestar con permiso, la otra hora eres libre de quedarte dando vueltitas saludando amigos. En este otro tiempo ocurrió la cosa más curiosa que jamás pensé vivir en está vida, unos tipos, rondando los 40 comentaban entre sí: “¿Tú ves a esos que están por allá detrás del kiosko que vende crepes? Bueno, esos carajos hace unos años eran superchavistas y míralos ahora”.

Ya esto deja a más de uno en un tacón, así que para soportar con equilibrio la conversa, me paré en el otro.

–No chico, de verdad ? Pero se ven tan tan… como uno, pues, pero tú qué dices, ¿los jodemos?

-No vale, si lo que quiero es abrazarlos, no joda, tú sabes lo que es vivir con ese peso en la conciencia, eso ya es suficiente castigo, brother.

Caso cerrado, el cambio ha comenzado.

Participa en la conversación

1 comentario

Deja un comentario