Mariela no recuerda si eran las 3:30 pm o las 4:00 pm, solo sabe que ya tenía el almuerzo casi listo cuando vio pasar a los efectivos de seguridad en motos desde la ventana de la cocina. Solo los vio durante unos instantes, luego los perdió de vista. Después escuchó el estruendo contra los portones de Residencias Victoria, en El Paraíso. El Comando Nacional Antiextorsión y Secuesto (Conas) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ya estaban dentro. “¡La Guardia se metió!”, alertaban los vecinos por el grupo de Whatsapp de los residentes del edificio la tarde de este miércoles 5 de julio.

“La puerta casi la derriban, pero yo no abrí cuando la tocaron”, relata Mariela. Ella no estuvo la vez pasada que ingresaron los efectivos, el 7 de junio, pero su mamá sí. Minutos antes de que tocaran a su apartamento, decidió que no abriría. “Le dije a mi mamá: no hagas ruido porque ahí viene el Conas. Nos encerramos en un cuarto y esperamos ahí” que pasara todo, añade.

Fueron dos grupos. El primero subió por las escaleras; el segundo, por el ascensor. Tocaron el timbre con fuerza. Golpearon la reja con las culatas de las armas que cargaban. “¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta que es el Conas!“, gritaron repetidas veces. Ni Mariela ni su madre chistaron.

Desde hace unas semanas son solo ellas dos en el apartamento. Anteriormente, también vivía el hijo de Mariela, pero desde que los efectivos ingresaron al edificio la vez pasada, la madre tomó la decisión de sacarlo. “Él es un muchacho joven. No tiene nada que ver con las barricadas que se forman en El Paraíso, pero como es joven se lo pueden llevar. Ahí está su cuarto, con sus cosas y sus medallas. Si yo abría la puerta podían pensar que lo estaba escondiendo. Por ese temor hice que se lo llevaran a casa de mi hermana”, cuenta.

Aunque Mariela no lo recuerda, el allanamiento ilegal comenzó cerca de las 3:15 pm y duró más de una hora. Las tanquetas del Conas y la GNB se estacionaron en El Paraíso y los uniformados, vestidos de negro, ingresaron a las residencias Victoria y Alto Alegre. Vecinos creen que la arremetida de los efectivos se debió a que este martes y miércoles manifestantes atacaron a los oficiales cuando se disponían a remover unas barricadas.

Pedro también vive en las Residencias Victoria y asegura que ya estaba avisado. Tras el enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad, esperaba que la GNB y el Conas arremetieran con más fuerza contra los vecinos. “Estábamos advertidos porque más temprano vinieron unas tanquetas y arremetieron contra los portones. Nos dijeron: Los vamos a invadir”.

En un momento llegó a contar hasta 32 vehículos de la GNB y el Conas frente a su edificio. Los vio venir por la avenida Páez y luego romper los portones. “Nosotros todavía no habíamos almorzado. Estábamos a la espera. Desde la ventana los veíamos mi familia y yo y contábamos los carros. No entiendo por qué hay tanto ensañamiento”, se pregunta.

Los efectivos tocaron a su puerta, les abrió, registraron el apartamento y se marcharon. Sin embargo, sabe que actuaron con mayor violencia en los hogares de otros vecinos. “Hubo un apartamento de la torre dos, en el piso uno, donde se robaron todo. Entraron en otro y dañaron las ventanas y hasta las pocetas”, cuenta.

A las 8:30 pm de este miércoles, Día de la Independencia, todavía Pedro espera en la entrada de su edificio junto a otros residentes para ver cómo un soldador intenta arreglar uno de los portones. Todo para tratar de no estar tan expuestos. Sin embargo, sabe que no hay mucho que hacer ni a dónde acudir para denunciar la actuación de los efectivos. “Si hoy entraron a la Asamblea Nacional, ¿qué podemos esperar nosotros que ni siquiera tenemos inmunidad parlamentaria?”, lamenta.

Todos los nombres en esta nota fueron cambiados a petición de los entrevistados

Foto: concejal Jesús Armas

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  1. Ese
    edificio residencial se ha convertido en guarida de guarimberos,
    francotiradores y malandros, muy a pesar de los residentes que allí habitan, no
    disociados. En algunas ocasiones desde esos edificios se disparado contra
    policía y periodistas, una de ella recibió un tiro en la cadera, que no logró
    atravesar el chaleco. En los 80 y 90, sucedió algo no muy parecido, en el 23 de
    Enero de Catia, era considerada por los mismos habitantes zona combatientes.
    Los manifestantes del 23 de Enero, NUNCA atacaron escuelas, ni transporte
    público con personas adentro, ni módulos de salud, mucho menos cobramos peaje.
    Y siempre era la Policía Metropolitana y la «Prefectura» (policía de
    civil, que usaban para infiltrar las manifestaciones), terminaban
    asesinando estudiantes y una vez detenidos, realmente eran torturados, dejando
    secuelas no solo físicas, sino también mentales. Muchas veces los BLOQUES (Edificios
    de más de 300 apartamentos), eran allanados de madrugada por la DISIP, la
    Guardia Nacional y PM. Sin orden de allanamiento, y quién no habría la puerta,
    sencillamente se la tumbaban

  2. el GNB y el CONAS desaparecerá y el bravo pueblo que resiste las hordas de colectivos armados tanquetas balas y gases con que la cobarde dictadura madurista nos ataca, prevalecerá!
    Tendrán que echarle pierna los desgraciados todos los días hasta que se le acabe el armamento y pidan mil veces más nuevos créduitos hasta que su gobierno se arruine para seguir comprando material antimotines para poder resistir a lo largo y ancho de la Venezuela NO bolivariana! pero de la calle NO SALIMOS hasta que DESTITUYAN AL ILEGAL CNE TSJ EJECUTIVO y DIPUTADOS CHAVISTAS DE LA AN por matones corruptos narcos y traidores a la patria vendida a los cubanos!

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