Túnicas, velas, abanicos, globos y hasta las bolsas de chucherías, todas con el color morado dominaron este Miércoles Santo los alrededores de la iglesia Santa Teresa, ubicada en el centro de Caracas, donde cientos de feligreses acuden al templo a pagar promesa o pedirle algún favor al Nazareno de San Pablo.
Los devotos se organizaron desde la madrugada de este 5 de abril, en filas, para entrar al templo tanto por la parte de atrás como por delante. Funcionarios de la PNB, Guardia del Pueblo, Protección Civil, bomberos y estudiantes de la Unes resguardan la zona.

Al entrar a la basílica las personas se persignan e inmediatamente sacan su celular para tomarle fotos a la imagen, cubierta de orquídeas moradas. Olvidadas quedaron las medidas de bioseguridad por el covid, pues todos se aglutinaron para acercarse al Nazareno, luego de tres años de restricciones.
«Tengo más de siete años pagando promesa por la salud de mi nieta, ella ya cumplió hasta el año pasado, pero yo seguiré; de hecho me traje su batica y compré seis velas para bendecirlas y luego dárselas a cada uno de mis hijos», dijo Isis Ramírez.

«Mi hija estaba embarazada, los médicos le decían que iba a perder a mi nieta y yo de una le pedí al Nazareno que me la salvará. Nació, está bien y es igual de linda que su mamá. Me vine caminando desde las 5:30 de la mañana y llegué a las 8:20», dijo Colmenares.

El ambiente que se respira es a sahumerio por todas las cuadras de la iglesia, pero a pesar de ello, según comerciantes las ventas han estado bajas.
«Tengo más de veinte años vendiendo palma, empecé desde chamo y como soy devoto del Nazareno me gusta a hacerlo pero este año no he vendido mucho», dijo Freddy Salas, un vendedor.
Las túnicas cuestan entre 15 a 25 dólares, dependiendo de la talla; las velas una en 5 bolívares y 6 velas por 1 dólar; el ramo en 5 bolívares y una bolsita de polvos para sahumerios en un dólar.
«Nosotros tenemos más de treinta años vendiendo; este negocio lo empezó mi mamá, es ya una tradición pero a pesar que estamos desde esta madrugada, las ventas están flojas», dijo Gabriel Flores, vendedor de túnicas.