La última vez que Marcelo Vásquez vio a su hijo fue el viernes 10 de agosto. Ese día lo dejó en casa de su esposa, con quien desde hacía meses tenía una discusión sobre si mudarse o no del país debido a la crisis. Sin la autorización del padre, y con documentos fraudulentos, la mujer se llevó al niño de 10 años a Nicaragua, donde viven unos familiares. Ahora Marcelo lucha por volver a ver a su hijo.
“Ella tiene la nacionalidad nicaragüense y me había dicho que quería estar fuera del país lo antes posible, pero yo le decía que aquí estábamos viviendo mejor que la mayoría de la gente. Me dijo que en seis meses ella iba estar fuera de Venezuela con el niño con o sin mi autorización. Y para ella no hubo otra alternativa”, relata Marcelo.
El padre del niño, que es abogado, denunció a Efecto Cocuyo que la madre presentó documentos médicos fraudulentos ante un tribunal de menores de edad para poder salir del país sin la autorización de Marcelo.
La documentación incluye exámenes de laboratorio y órdenes médicas en las que los abogados solicitan llevar al niño a Nicaragua de urgencia por presentar un cuadro de dolor abdominal.
La juez del tribunal de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopna) emitió la autorización judicial y ya para el 16 de agosto la madre y el niño habían salido a Panamá con destino a Managua. Marcelo no se enteró sino días después.
“Ya me tocaba el día para ver a mi hijo nuevamente y ella no me respondía las llamadas ni los mensajes. Hasta que contacté a unos familiares de mi esposa en Nicaragua que me dijeron que ella aún no había llegado y que se pondría en contacto conmigo cuando lo hiciera”, explica.
Marcelo denunció la situación y presntó pruebas que confirmaban que el niño no tenía ninguna condición médica. El tribunal de menores declaró el pasado 30 de octubre que hay una retención indebida del niño.
No obstante, lograr su retorno se hace cuesta arriba estando fuera de Venezuela. Marcelo procedió a presentar su caso ante el Ministerio de Relaciones Exteriores, único organismo que puede mediar puesto que el Gobierno venezolano ahora debe trabajar junto al nicaragüense para encontrar al niño.
El caso de Marcelo no es único. De hecho, mientras va y viene con trámites de la Cancillería ha podido ver a otros en su misma condición. “La mayoría son padres cuyas parejas se llevaron a sus hijos a Colombia o a Ecuador por tierra sin su consentimiento y que ahora están luchando para volver a verlos”, cuenta.
La situación es tan común, dice, que los mismos funcionarios del ministerio le comentan que llegan alrededor de 10 casos de este tipo por día. Sin embargo, solo el suyo involucra al gobierno nicaragüense, por lo que no tiene referencia sobre la celeridad ni la forma de proceder de las autoridades de Nicaragua en esta materia.
“El 25 de octubre hice la solicitud ante la Cancillería. Ahora es cuestión de que ambos gobiernos (el de Venezuela y el de Nicaragua) se pongan de acuerdo para localizar al niño. No sé qué vaya a pasar de ahora en adelante. Dicen que este tipo de procesos suele tardar entre cuatro y cinco meses”, dice Marcelo, quien ha podido hablar con su hijo vía Internet apenas cuatro veces desde el pasado mes de agosto.
El padre precisa que este tipo de situaciones es tratada en varios países del continente como un “secuestro” e insiste en hacer un llamado a las autoridades venezolanas y nicaragüenses para que den celeridad a su caso.
“Yo no tengo dinero para comprar un pasaje a Nicaragua y poder ubicar a mi hijo. Hago un llamado a las autoridades para ver si me pueden ayudar. No he podido abrazar a mi hijo desde el 10 de agosto. Él no quiere estar en Managua, quiere volver a Venezuela y a su colegio con sus amigos”, afirma el padre.
Marcelo está recaudando fondos para reencontrarse con su hijo en Nicaragua y traerlo a Venezuela. Si desea ponerse en contacto con él, comuníquese vía Twitter a través de @vasquezmarcelo.