Un nuevo apagón fue la chispa que encendió las calles del sector 27 de Febrero, en Guarenas, durante buena parte de la noche del 6 de octubre. Se quedaron sin luz, como ha ocurrido constantemente en el último mes y, en un arranque de hastío por la situación,  vecinos salieron de sus casas a protestar e iluminar las calles a como diera lugar, con barricadas ardientes elaboradas con cauchos, colchones viejos, palos, cartón y hasta ramas de árboles.  La escena se repitió este miércoles 7 desde final de la tarde hasta pasadas las 11:40 pm, cuando lugareños reportaron que los cuerpos de seguridad intentaban disperar a los manifestantes.

La noche del martes protestaron durante casi cinco horas, relataron habitantes de la antigua urbanización Menca de Leoni, quienes aún respiraban un aire impregnado a caucho quemado casi 12 horas después: “La luz se fue a las 7 de la noche, pero esto ya es tan común aquí que no aguantamos más y todo esto ocurrió. Guarenas es un desastre. No sé quién fue el primero en bajar, pero en menos de una hora ya había mucha gente abajo dispuesta a trancar la calle”, dijo Karina Rodríguez, vecina de la zona, mientras esperaba un autobús en una parada cercana al bloque 13.

La mujer bajó de su apartamento un rato, volvió a subir, volvió a bajar, pero cuando llegaron los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se retiró de la protesta definitivamente. “Cuando ellos (los guardias) llegan a una protesta así, con el equipo antimotín, sabemos que no vienen con buenas intenciones. Y fíjate, hasta hubo heridos por perdigones. Por eso me fui, pero volvería a bajar a trancar la calle las veces que sea necesario si siguen los bajones de luz. No sólo es la luz que nos la quitan a cada rato, es el agua, los alimentos. Aquí esto es una cola para comprar cualquier cosa todos los días. Es una situación invivible”.

Yaneth Valdivieso, quien la acompañaba en la parada, se unió a la queja. “Yo vivo en el sector 29 de Julio y creo que allá las cosas están peor que aquí, que tienen apenas un mes viviendo esto. Nosotros allá tenemos nueve meses sin agua, sobreviviendo con camiones cisterna que nos manda Hidrocapital cada cierto tiempo. La verdad es que también estamos hartos; cualquiera lo estaría”.

Cerca de donde esperaban las dos mujeres, un mural retrata a un Hugo Chávez joven. La frase que acompaña la imagen reza: “Los pueblos son el combustible de la historia”. Al frente de esa colorida pared un manchón negro revela que justo ahí un caucho fue consumido por el fuego que propiciaron los propios vecinos. Un poco más allá, cerca del mediodía, un señor barría la calle y apartaba restos de una barricada.

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En la entrada del bloque 13, un vecino no se atrevió a aseverar la gravedad de la situación denunciada por el resto. “Bueno, sí, la luz ha fallado, el agua también. No siempre es así, pero ha fallado”. El mismo señor dijo que no vio nada de la protesta que armaron los demás: “No, mi apartamento no da para este lado de la calle. Pero algo escuché, que hicieron una guarimba”.

Sus vecinos de ese edificio, que estaban del lado de adentro de la reja, invitaron a pasar a quien escribe esta nota: “Ven, pasa y toca las puertas de los que viven aquí para que te cuenten todo. Aquí la gente está cansada, quieren contar lo que pasa y que salga publicado en todos los medios”, expresó una mujer que se identificó como la conserje. Con ella estaban otras mujeres que se declararon de tendencia opositora y que, además, realizaban un “casa por casa” justo en ese momento para contabilizar los posibles votos para Adriana D’Elia, candidata a la Asamblea Nacional por el Circuito 4 de Miranda.

En ese edificio de 14 pisos los vecinos suben siempre por las escaleras, porque los ascensores están dañados “desde hace mucho tiempo”. Rosanna fue una de las que salió al primer llamado del timbre: “Yo vi todo desde el balcón y también saqué mi cacerola. Eran como 200 personas protestando y fue impresionante, porque no sé de dónde sacaron tanto caucho. Los motorizados pasaban y ayudaban a la gente, les regalaban gasolina para que la candela fuera más potente. Gente que de verdad está molesta con esta situación. Y cuando llegó la guardia, lanzaron sus bombas lacrimógenas como para dispersar la cosa, pero los muchachos que estaban, los más jóvenes, empezaron a responderles con piedras y entonces ellos arremetieron con perdigonazos. Ahí yo busqué mis botellas y cualquier objeto contundente que encontré y se los lancé. A la guardia, claro, porque a los vecinos los apoyé con mi cacerola casi durante dos horas”.

Dos pisos más arriba, Juliana habló de un problema adicional: “Con la luz estamos sufriendo desde las últimas semanas, pero la situación con la falta de agua viene desde principios de año. Me imagino que la protesta fue una suma de cosas, pero como anoche se fue la luz la gente estalló”. También sintió los gases lacrimógenos, aunque no con tanta intensidad: “Yo sentí picazón y mis niños se asustaron por los disparos; como nosotros les lanzábamos cosas desde aquí, ellos (los guardias) respondían con perdigones, pero apuntando directamente a los edificios. Fue horrible, pero era necesaria la protesta. ¿Quién se cala este sistema en el que unos zapatos cuestan 30 mil bolos? Eso por decir algo”.

Aseguró que los funcionarios sacaron un arma 9 mm en algún momento: “Yo la ví con mis ojos. Nadie me lo contó. Sacaron la pistola como para asustar, pero aquí nadie se dejó. Aunque sí hubo heridos, pero por perdigones. A esos los llevaron de inmediato al Seguro Social”.

En el hospital Dr. Luis Salazar Domínguez, custodiado por uniformados verde oliva, nadie pudo confirmar el número de heridos que denunciaron los vecinos. Ante las preguntas, los guardias se limitaban a decir: “No podemos dar ninguna información”. Se negaron a aportar detalles de la protesta en la que se trasnocharon los vecinos de los 30 bloques del sector 27 de Febrero, quienes finalmente se marcharon a dormir después de la 1 de la madrugada, cuando la luz volvió.

Otra noche en la calle

Cerca de la 6:30 pm de este miércoles, 7 de octubre, se reportaron nuevas protestas en el sector por la falta de agua que se extendieron hasta los lados de El Torreón. Vecinos salieron, trancaron calles y quemaron cauchos, mientras el presidente Nicolás Maduro estaba en cadena nacional en la inauguración de unas obras en el estado Falcón.

Las protestas, informaron vecinos del 27 de Febrero, se mantuvieron pasadas las 11:45 de la noche, cuando dijeron aún se escuchaban detonaciones por parte de los cuerpos de seguridad que intentaban dispersar a los grupos de manifestantes.

Foto de NTN24ve

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