La pandemia del COVID-19 llegó a nuestras vidas y generó un “tsunami emocional”, expresa la psicóloga clínico y social Yorelis Acosta. “No somos los mismos emocionalmente que hace dos meses”, asevera.

Señala que, en parte, esto sucedió porque el cambio “fue abrupto” y, aunque se conocía cómo el virus SARS-CoV-2 avanzaba en otros países, no se tomaron medidas progresivas que nos prepararan para la “nueva normalidad”.

“La ruptura de los esquemas” hizo que muchos experimentaran miedo y se creara una especie de “pánico colectivo”, además de la presencia de ansiedad “por no verle un punto final a esto”, dice.

La especialista opina que, con el tiempo, se informó en el país sobre el número de casos y medidas de higiene, pero no sobre el manejo de las emociones. Por esto, estas circunstancias, han dejado a más de uno “descolocado y quebrado”, ya que “nadie se imaginó que esto sería tan largo”.

Flexibilización y luego radicalización

El pasado 1° de junio en Venezuela se inició una fase de flexibilización de la cuarentena, luego de dos meses y medio de que se detectaran los primeros casos de coronavirus en el territorio.

Sin embargo, el gobernante Nicolás Maduro anunció que a partir de este 22 de julio se radicalizará el confinamiento en los estados Aragua, Bolívar, Miranda, La Guaira y Zulia y Distrito Capital ante el repunte de contagios de COVID-19.

Acosta considera que la situación impacta en lo emocional porque “ya la casa se está haciendo insoportable” y la gente quiere salir bien porque necesita salir a producir porque el encierro le produce ansiedad. “Somos seres sociales”, insiste.

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Recomendaciones

Para manejar las emociones en pandemia la psicóloga Yorelis Acosta ofrece una serie de recomendaciones y reflexiones:

1️⃣ Acosta considera que lo principal es concientizar sobre que nuestra manera de vivir cambió. “Acepte esa realidad y trate de organizar su vida. Si usted se va a resistir (a esa idea), va a sufrir”, dice. Recordó que ahora viene el período de vacaciones escolares y hay que idear actividades para los niños.

2️⃣ Explica que al no estar acostumbrados a permanecer tanto tiempo en casa y convivir las 24 horas con la familia, es normal que los espacios se hagan pequeños y se generen “roces”. Señala que pueden generarse discusiones, irritabilidad e inestabilidad emocional. “Hay que saber disculparnos y ser tolerantes”, agrega.

Por eso invita a las personas a evaluar cómo han vivido el encierro, qué prácticas les han sido efectivas y cuáles no, para planificar nuevos acuerdos y distribuir tareas y roles.

3️⃣ Llama a mantener las rutinas para todos los miembros de la familia, así como a organizar y redistribuir los espacios.

Sobre todo para quienes deben trabajar desde casa, es fundamental que se pueda respetar el horario y negociar, por ejemplo, que otros no pongan música tan alta, que guarden silencio para evitar interrupciones, o para que algún miembro de la casa pueda recordarla a quien está trabajando que haga pausas ocasionales.

4️⃣ Recuerda la importancia de tomar sol y recomienda que una opción puede ser negociar entre los vecinos del edificio que se puedan bajar a ciertas horas, manteniendo el distanciamiento, para tomar aire e incluso hacer ejercicios, “quemar energía”.

5️⃣ “Es el momento de la familia, del orden, la negociación, comprensión y planificación”, resume. Sin embargo, destaca la importancia de destinar un tiempo y espacio a solas, “hacer cosas que me den calma y tranquilidad emocionalmente”.

Periodista egresada de la UCV. Estudiante del posgrado de periodismo de investigación del grupo editorial Perfil y la Universidad del Salvador en Argentina.