Ilham Tohti defiende, desde hace 20 años y de forma pacífica, los derechos de la minoría uigur en China. Fue galardonado con el premio suizo Martin Ennals, por fomentar el diálogo interétnico.

Tohti, que tiene 46 años y ha sido considerado “el Mandela de China“, fue premiado ahora por impulsar “el diálogo y la comprensión” entre los musulmanes uigures y los chinos y “asumido grandes riesgos personales”, indicó en Ginebra esta fundación, que otorga el galardón también conocido como el “Nobel a los derechos humanos”, a nombre de importantes ONG mundiales.

Este activista y profesor de economía de la Universidad Minzu de Pekín, especializado en minorías étnicas, nació en 1969 en la provincia de Xinjiang y es de origen uigur. La provincia autónoma, la más occidental de China y con 22 millones de habitantes, es una zona muy conflictiva desde hace décadas por las tensiones entre uigures y la etnia mayoritaria en China.

Muchos uigures se sienten discriminados a nivel social, cultural y económico, además de presionados por el sistemático reasentamiento de población han en la zona con el objetivo de cambiar la composición étnica. Una y otra vez hay enfrentamientos violentos.

“Una vergüenza” que esté en la cárcel

Tohti fue condenado en 2014 a cadena perpetua por “instigar el separatismo”. El proceso, llevado a cabo por un tribunal de Xinjiang, su provincia natal, fue condenado a nivel internacional por Gobiernos y organizaciones de derechos humanos.

Tohti se alzó como la “voz moderada” de los uigures, pues trató de tender puentes desde la tribuna que le proporcionaba la universidad y a través de una página web que creó y con la que consiguió abrir debate. En esta plataforma, Tohti publicaba artículos sobre las desigualdades entre etnias en Xinjiang y fomentaba la interacción con chinos de todo el país, sin apoyar el separatismo y rechazando la violencia.

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