TSJ autoriza excarcelaciones y busca reducir número de presos

Violencia en la prisión. Al menos 191 privados de libertad fallecieron dentro de los calabozos policiales del país durante el año 2019, de ellos 104 en hechos violentos, según informó el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) mediante un comunicado de prensa.

“No es una novedad que los calabozos policiales están peligrosamente abarrotados. Según lo estipulado por la ley, las personas privadas de libertad deben permanecer un máximo de 48 horas en estos recintos, pero la realidad es que duran años e incluso cumplen sus condenas allí”, dice el escrito.

El OVP revela que en 2019, las riñas o ajustes de cuentas entre los presos fueron la principal causa de muerte en los calabozos policiales, seguido por intentos de fuga que culminaron en presuntos enfrentamientos.

La ONG defensora de los derechos humanos de los privados de libertad, expresa que como el Ministerio de Servicios Penitenciarios no autoriza los traslados a las cárceles, los centros de detención preventiva colapsan.

“En un área con capacidad instalada para 20 personas, actualmente sobreviven más de 100 presos en condiciones inhumanas y en flagrante violación a sus derechos humanos”, dice el comunicado emitido por el OVP.

La organización señala que los problemas de las cárceles se han trasladado a los centros de detención policial y en estos hay armas dentro de las celdas e incluso se han constituido “pranatos” o liderazgos negativos.

Uno de los hechos más violetos ocurridos durante 2019, fue la masacre en los calabozos de PoliPáez, en el estado Portuguesa, donde fueron asesinados al menos 30 reclusos tras protestar por varios días. Tras la matanza, los familiares de los reclusos fallecidos denunciaron que funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), habrían disparado contra los privados de libertad.

Tuberculosis en calabozos policiales

De los 191 presos muertos en calabozos policiales durante 2019, 87 murieron por problemas de salud. Las principales causas fueron la tuberculosis y la inanición por malnutrición.

“La alimentación de cada privado de libertad en estos calabozos está a cargo de sus familiares y, aunque comen mejor que los internos de las cárceles, no todos reciben alimentos a diario”, explica el OVP.

Los familiares de los presos indican al OVP que no tienen capacidad de comprar comida y no tienen recursos para trasladarse hasta las comisarias. La ONG estima que entre el 60 y 80% de los privados de libertad en calabozos se ven afectados severamente por la crisis económica que azota al país.

 Fugas

En el informe el OVP informa que al menos 449 presos lograron evadirse de los centros de detención policial; mientras que 2.496 se unieron a huelgas de hambre y 554 a huelgas de sangre, en señal de protesta por el hacinamiento, traslados y cese de los maltratos de los que son víctimas con frecuencia.

Carolina Girón, directora del OVP, manifiesta su preocupación ante la gravedad de estos hechos violentos ocurridos en 2019 y resalta que es inaudito e ilegal que un detenido permanezca en un calabozo policial hasta cinco años, incluso cuando ya ha recibido su condena.

“Los calabozos no son sitios de reclusión, no tienen espacios para el esparcimiento y ni siquiera tienen acceso al sol, a la luz del día. Muchos tienen que dormir de pie o se las arreglan como pueden porque sencillamente ya no hay espacio ni para un alfiler”, dice.

Girón recuerda que los funcionarios policiales no fueron formados para cumplir labores de custodia penitenciaria, sino para resguardo y defensa de la población civil.

Hizo un llamado al Estado venezolano, para que a través de sus instituciones como el poder judicial, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo aboguen por el traslado de los presos a internados judiciales, en primer lugar para garantizar los derechos humanos de los privados de libertad y en segundo lugar para erradicar el crecimiento de estas “cárceles paralelas” en todo el territorio nacional.

Foto: InSightCrime. Con información de prensa OVP

Me dedico al periodismo con enfoque en derechos humanos. Hago cobertura sobre violencia en un país con pocas garantías