Bajo el sol de la mañana decenas de personas en cola esperaban atentas la información de uno de los uniformados que resguardaba la entrada del abasto Bicentenario de Las Mercedes. A las 10:40 am, el funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) gritó tajante: “Hoy no va a llegar pollo. Se les va a dar paso para que compren los productos que hay y se vayan. Repito: el pollo no va a llegar”.
Las personas, molestas, empezaron a refunfuñar. Habían llegado muy temprano para hacer la compra. Empezaron a devolverles las cédulas (con terminal 2 y 3) que tiempo atrás les pidieron para colocarlas en orden de llegada y los dejaron pasar al local. Al rato, empezaron a salir con papel higiénico, harina de maíz, leche en polvo, leche líquida y jabón.
Daniel Buelvas, asiduo comprador de ese abasto, se dio cuenta de que la variedad de productos que ofrecían había disminuido hace 15 días. En las camioneticas que pasan frente al abasto de Plaza Venezuela también se escuchaban quejas por la ausencia de los alimentos regulados.

En un recorrido por los establecimientos de Las Mercedes, San Bernardino y Plaza Venezuela este martes 22 de septiembre Efecto Cocuyo confirmó que la cantidad de alimentos regulados ha bajado en comparación a hace dos meses cuando el equipo visitó este último.
En esta oportunidad el ansiado pollo solo se encontró en el de Plaza Venezuela, pero no entero como lo ofrecían antes. Tampoco había muslos, solo pechugas en bandejas. Según Freddy Gómez, uno de los compradores de ese Bicentenario, el pollo entero no se ve desde hace más de tres semanas. En la visita del 1ero de agosto, las neveras estaban a reventar, pero este martes estaban vacías. A las 10:00 am quedaban las últimas bandejas que costaban entre Bs. 120 y Bs. 200.
Los otros productos básicos que había en el local eran papel higiénico y jabón para lavar ropa. Nada de alimentos. En la farmacia ofrecían toallas sanitarias y afeitadoras. El martes pasado Gómez consiguió leche en polvo y azúcar. “Ahora hay poca cosa, por eso uno sale más rápido”, dijo. Hace dos meses una persona pasaba al menos 7 horas para comprar en ese Bicentenario, pero aseguró que no le había tomado ni 2 horas. Solo consiguió cola para pagar.
En San Bernardino una señora estuvo en cola desde las 6:15 de la mañana por el pollo. Con resignación e indignación se cansó de esperar cerca de las 12 meridiem y entró al local a comprar los productos que quedaban: papel higiénico, harina de maíz, leche y jabón. Según otro usuario, que no se puso en la cola del pollo, a las 8:00 am, pudo adquirir pasta y toallas sanitarias.
Las 7 personas consultadas a lo largo del recorrido alertaron que efectivamente la oferta en los establecimientos es más reducida que antes y la disminución de las colas es una muestra de ello. “La gente quiere pollo y por eso hace la cola, porque quién se va a calar todo esto por un papel tualé”, dijo una de las señoras en Las Mercedes.