“Mira, ahora y que Jorge Rodríguez (alcalde del municipio Libertador) está en la Cota. ¿Por qué no viene para acá a ver cómo mendigamos los cuerpos para poder ir a velarlos?”, se quejaba la esposa de Elio Martínez  (25),  presunto miembro de la banda “Los Guayabos” con un expediente por homicidio, de acuerdo con fuentes policiales. Le decían “el Coco”. Fue uno de los 15 asesinados el 13 de julio durante el operativo especial en la Cota 905.

“A mi casa se metieron como a las 7:30 de la mañana y Elio estaba solo allí. Yo estaba tres casas más allá, en casa de otro familiar y entonces escuchamos los disparos. Ya nos imaginábamos lo que había pasado, pero no lo confirmamos sino cuando se acabó el operativo. Como a las 3 de la tarde por fin la policía me dejó salir y llegar hasta la casa y lo primero que vi fue un charco de sangre y ya Elio no estaba. Luego vi unos potes de comida vacíos sobre la mesa. Era el arroz con pollo que yo había preparado la noche anterior. Me mataron a mi esposo y después se comieron nuestra comida. Me guindé a llorar. Luego vi que se llevaron una caja de anís y hasta las muñecas de mis hijas se las habían robado”, explicó la mujer, madre de dos niñas de cinco y seis años.

Los familiares de cinco de los jóvenes asesinados en ese procedimiento estaban este miércoles, 15 de julio, en la morgue de Bello Monte mientras el alcalde Jorge Rodríguez subía el cerro, escoltado. Allá, en el conjunto de barrios que el lunes recibió un batallón de policías y militares, el funcionario encabezó una “Asamblea Popular” que fue transmitida por VTV y en la que prometió que 2.860 viviendas de la zona serían recuperadas, junto a cuatro canchas deportivas. También habló de tres obras nuevas: un estacionamiento, una escuela y una ruta de Metrobús.

“Hemos venido con todo el Gobierno a atender sus necesidades”, dijo Rodríguez, dos días después del sangriento operativo en el que también recuperaron más de 30 carros robados. Cinco de los abatidos estaban solicitados por distintos delitos, según la lista de nombres manejada por los agentes policiales.

Ninguno de los consultados en la morgue quiso revelar su nombre . “No queremos más problemas, ya con esto tenemos suficiente”, aclaró un hombre. Todos fueron al Cicpc y allá les hicieron llenar unos formularios. Luego les dijeron que Elio ya no estaba allí y que no podían entregarles sus documentos porque los habían perdido. Hicieron un recorrido por hospitales y tampoco lo consiguieron, hasta que decidieron ir a la morgue.  Sin certezas de cómo ni por qué lo mataron se quejaron del operativo: “Lo que nos dijeron unos vecinos, que sí vieron, es que apenas él abrió la puerta lo hirieron en una pierna. Luego se lo llevaron y en la escalera del barrio lo remataron con un disparo en la frente. Todo esto porque dicen que él era cabecilla de banda, pero ¿cómo el jefe de una banda va a esperar en su casa muy tranquilo a la policía para que lo vengan a matar? Eso no tiene lógica”, cuestionó una tía.

Esta familia vive en el sector Las Quintas, una de las zonas de la Cota 905 donde sintieron el tiroteo con más intensidad. Versiones policiales indican que el procedimiento en el que además quedaron detenidas 134 personas, en realidad era para capturar a un sujeto conocido como “el Coqui”, que se escapó antes de que llegaran los uniformados. “Nosotros no tenemos nada que ver con él, pero claro que sabemos quién es. Todos vivimos en el mismo barrio y ahí todos nos conocemos. ¿Qué pretenden, que no tratemos a la gente porque algunos digan que son malandros?”, cuestionó la esposa de Elio.

Larga espera

En la mañana de este miércoles, Rodríguez informaba a los vecinos de la Cota 905 del  saludo que les enviaba el presidente Nicolás Maduro. Les decía que su presencia allá era “para velar por el bienestar del pueblo” y que la había ordenado el mismo mandatario. En simultáneo, otros familiares estaban apostados a las puertas de la morgue, todos desde el martes, todos después de ruletear hospitales.

Los parientes de Jhonatan Pérez  y Joangel Lezama, solicitados por las autoridades, se quejaron del retraso en la entrega de los cuerpos. El martes entregaron seis cadáveres y el miércoles, cinco familias esperaban por el papeleo de rutina. “A casi todos los han ido agilizando, pero en los casos de Jhonatan y Joangel no nos quieren dar los papeles en la Fiscalía. Nos tienen aquí esperando como si fuéramos unos perros y ni siquiera sabemos dónde les dieron los disparos”, soltó la novia de uno de ellos. Ambos eran primos, mototaxistas y vivían juntos en una casa en la parte alta del sector Las Quintas.

Cerca del mediodía, la hermana de Carlos Luis Castro (24), albañil con un disparo en una pierna y la madre de Alberto Rausseo (24), mandadero con disparos en el abdomen, también esperaban su turno, mientras uno de los familiares de Edinson Alcalá (21) ya había sido llamado para firmar. Sus parientes llevaban más de 24 horas esperando para finiquitar el trámite. Tras el operativo del lunes, el joven fue detenido por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Al día siguiente, su cuerpo apareció en la morgue con un disparo en el ojo derecho.

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