“El Nazareno me dijo”… (Salsa, Ismael Riera)
Hace un par de días (“puñito y puñito”) veíamos a un erguido y elegante Biden, así como a la multiétnica, voluptuosa, también elegante y bella Harris, vestida color nazareno –así será el rollo al que se enfrentan–, ser juramentados como el presidente 46 y la primera mujer vicepresidente de los EE.UU., respectivamente.
Poco después de la salida a regañadientes y llena de improperios de Donald y Melania Trump de la Casa Blanca, entraron Biden y su esposa, con un poco de muchachitos siguiéndoles, que espero sean los nietos, porque si son los hijos, el viejito se las trae, con todo y los ACV y el Alzheimer que supuestamente tiene.
Inmediatamente, pisando la Sala Oval, Biden firmó 17 órdenes ejecutivas que derogaban disparates de Trump, entre los que destacaban, irresponsable manejo de la pandemia, cese a las medidas de protección climática, deportaciones arbitrarias de inmigrantes y exclusión de derechos civiles de los musulmanes, válgame Dios. Ilusamente, esperaba yo, pacientemente, que alguno de esos decretos, dijera “y además basta con la persecución, sanciones y violación a la soberanía de los pueblos”.
Casi en paralelo, Anthony Blinken, el nuevo Secretario de Estado, reconocía como único mandatario de Venezuela “al fallido” Guaidó, tildando de salvaje dictador a Maduro, y haciendo énfasis, en lo obligatorio e imperioso, de una restitución de la democracia en nuestro país. No obstante lo mencionado, reconoció que las sanciones de Trump contra Venezuela no habían sido efectivas para el logro de cambios políticos.
Con la bilis revuelta
Cómo carajo Biden y Blinken respaldan a Guaidó, si sus mentores políticos, la oposición recalcitrante tradicional antigua y el propio “leopoldismo-guaidodista”, han sido los artífices y promotores de las sanciones, aunque esto cueste dolor, enfermedad, hambre y muerte al pueblo venezolano, no a Maduro y su combo.
Aunque me parece un desatino el respaldo a Guaidó por parte de Blinken, así como me hubiera parecido un disparate el respaldo a Maduro u otros factores polarizados del oficialismo, espero que el gringo secretario de asuntos internacionales tenga una estrategia en sus manos, que realmente fomente acuerdos económicos y políticos entre la oposición, el oficialismo y las otras fuerzas vivas del país. Esto, para lograr ante todo la atención de los problemas financieros y sociales que diezman a los venezolanos, así como ulteriormente para trabajar una reinstitucionalización y pacificación de la patria.
“Me pregunto, cómo es desprenderse del pasado… una guerra civil con uno mismo”. (Bolero, Nacho Izcaray)
No dejo de preguntarme si los gringos entienden realmente que las sanciones promovidas por ellos mismos no han hecho sino incentivar a una mayor parálisis y “atornillamiento” del régimen inepto y corrupto que lidera el presidente Maduro; así como fomentar el estatus quo de una oposición tradicional y recalcitrante, también inepta y corrupta, liderada por el Señor Guidó.
Una oposición que subsiste por el apoyo económico del Departamento de Estado, otros países súbditos de los americanos y algunas multilaterales que han invertido ingentes cifras de dinero para infructuosamente sacar a Maduro del poder a punta de baratos golpes de Estado y patéticos intentos magnicidas, como la historieta de los “drones” la “operación Gedeón”. La mayoría de esos dineros terminan en los bolsillos de la propia oposición.
Me pregunto también si los gringos saben que el 95% de los venezolanos reportan inconvenientes con el suministro de agua, servicio de energía eléctrica, Internet y suministro de combustible. Esto, sumado a precarios servicios de salud, educación y vivienda. Asimismo, me pregunto, si los gringos saben y sienten, que al menos un 75% de la población, no tiene ingresos suficientes para adquirir los bienes de la canasta alimentaria y un 90% no logra alcanzar la canasta básica.
El CEDICE, organismo ligado a la derecha vernácula venezolana, con el que interiormente vivo peleado, porque se dedica a defender la tradición y la propiedad privada aún en detrimento del colectivo, es quien publica recientemente las cifras referidas anteriormente, números que suscribo plenamente. Asimismo, afirma que para la recuperación socioeconómica de Venezuela es obligatoria la ‘’descentralización, democracia y defensa de la propiedad privada’’. Tengo que reconocer con un desgarramiento ideológico personal que el CEDICE tiene razón, ya que el Estado venezolano ha sido incapaz de garantizar el bienestar de la mayoría de los venezolanos.
Me pregunto si los gringos entienden de fondo que muchos años de un gobierno desastroso, una oposición depredadora, sumado a absurdas sanciones internacionales, nos tienen “en la quilla”.
Hoy estamos incluso peor, en términos económicos y sociopolíticos que otros países sancionados como Cuba, Irán, Bielorrusia, Sudan, Sudan del Sur, República Democrática del Congo, Somalia, Libia y Yemen; teniendo Venezuela mayores niveles de desarrollo en términos de educación, recursos y reservas naturales, así como larga tradición política democrática.
Me pregunto si nosotros, los venezolanos, no tenemos el derecho y el deber de elegir y remover a nuestros dirigentes y dibujar nuestro propio destino, sin necesidad de terceros que intervengan, con sanciones o con aprobaciones.
Me respondo
La respuesta, por ahora, si existe, es evidentemente que no tenemos ese derecho y que dependemos del imperialismo gringo y, prontamente, de los nuevos imperios del sol naciente. Pareciera que Venezuela y muchos otros países, por circunstancias históricas y culturales, estamos destinados a ser el traspatio de grandes potencias, ya sea bajo la égida de Maduro, Guaidó, o cualquiera quien nos lidere. Un tanto melancólica la respuesta, ¿no?
De corazón, ¡no me resigno!
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: “¡Dígalo ahí, mi doc!”