La Sociedad Internacional de Investigación con Células Madre (ISSCR, por sus siglas en inglés), ya no respalda el estándar internacional vigente, que limita la investigación con embriones humanos a 14 días después de la fertilización. Ir más allá de este límite “podría generar beneficios potenciales”, que incluyen comprender cómo se originan los trastornos del desarrollo temprano y establecer terapias que aborden las causas de la infertilidad y el embarazo fallido. Las pautas establecidas en 2016 por la ISSCR prohíben el “cultivo” y el uso de embriones más allá de los 14 días.

La investigación con embriones humanos ha sido durante mucho tiempo una cuestión espinosa, debido a las opiniones contrapuestas sobre el estado moral del embrión en desarrollo. Algunas personas argumentan que los embriones humanos tienen el estatus de personas, se consideran como vida humana protegible y no deben usarse para investigación, especialmente, cuando resultan en su destrucción. Mientras, otros rechazan tales afirmaciones, destacando los posibles beneficios científicos y terapéuticos de la investigación al emplear embriones humanos. Estos beneficios incluyen la investigación del desarrollo humano, el crecimiento de células cancerosas, las enfermedades congénitas y las causas de los abortos espontáneos.

Desde el primer nacimiento exitoso de la fertilización in vitro en 1979, la investigación con embriones humanos ha estado sujeta a límites de tiempo y parámetros de desarrollo. La razón general para imponer esos límites fue que, aunque se considera aceptable para beneficiar la salud humana y mejorar la reproducción, la investigación in vitro debe concluir 14 días después de la fertilización, es decir, cuando la implantación en el útero se completa. Cinco años más tarde, tras una extensa consulta pública, el Informe Warnock llegó a una conclusión similar. Sin embargo, se hizo hincapié en un fenómeno biológico diferente: la aparición de la “veta primitiva”, que define el período en el que los tejidos principales del cuerpo comienzan a formarse (precursora del cerebro y la médula espinal), que aparece el día 14 o 15 después de la fecundación.

Las nuevas pautas anunciadas el 26 de mayo eliminan esta prohibición (vea aquí la actualización). La ISSCR recomienda que “las academias nacionales de ciencia, las sociedades académicas, los patrocinadores y los legisladores” entablen conversaciones con las personas sobre los problemas científicos, sociales y éticos asociados con el límite de 14 días y si esto debería extenderse, según los objetivos de la investigación.

La regla de los 14 días, se convirtió en una parte estándar de la supervisión de la investigación de embriones, a través de la convergencia de las deliberaciones de varios comités nacionales durante décadas. En la actualidad, algunos países tienen diferentes reglas más o menos alineadas con una de las perspectivas en competencia sobre el estado moral de los embriones humanos. Países como Austria, Alemania, Italia, Rusia y Turquía, no permiten la investigación con embriones humanos. Mientras Canadá, China, India, Japón, España y el Reino Unido, consienten una investigación limitada con embriones humanos hasta los 14 días. Aun así, otros países permiten este tipo de investigación sin estipular ningún tipo de límite de tiempo, por ejemplo, Brasil y Francia.

La primera ley nacional que afianza el límite ético propuesto de 14 días se introdujo en el Reino Unido en la Ley de Embriología y Fertilización Humana de 1990. Desde entonces, otros países han seguido el ejemplo e introducido una legislación similar. En Canadá, la Ley de Reproducción Humana Asistida de 2004 estipula que ninguna persona “mantendrá a sabiendas un embrión fuera del cuerpo de una mujer, más allá del día 14 de su desarrollo después de la fertilización o la creación”. Cuando se estableció este límite, no habían métodos para cultivar embriones en capsulas de Petri durante casi dos semanas. Pero la investigación desde 2016 muestra que es posible cultivarlos más allá de ese límite. El debate se ha intensificado, ahora que es posible superar las limitaciones técnicas y algunos están decididos a cambiar las limitaciones éticas. Una sugerencia es mantener la regla de los 14 días y tener una petición especial para hacer excepciones. Otra sugerencia es extender el límite de tiempo a 28 día, para permitir que los investigadores aprendan más sobre los procesos de desarrollo embrionario.

La decisión de deshacerse de la regla establecida de los 14 días puede ser un error. Hay buenas razones para recomendar el debate sobre los méritos de esta regla. Por ejemplo, los países, como Venezuela, que carecen de legislación, reglamentos o directrices pertinentes, corren el riesgo de convertirse en refugios, para la investigación de embriones humanos éticamente controvertida más allá de los 14 días. De hecho, los autores de las pautas de la ISSCR de 2021 indican que en países donde no hay legislación o donde hay “lagunas y ambigüedades sustanciales” en la legislación, “pueden desempeñar un papel fundamental para los científicos y médicos que realizan investigaciones y tratan a los pacientes”. Alternativamente, las reglamentaciones y pautas nacionales pueden estipular únicamente la intención general, y la toma de decisiones específicas del proyecto puede quedar a discreción de un comité nacional especializado en ética de la investigación.

Estas sugerencias de límites éticos en la investigación con embriones humanos, y otras, requieren la participación de todos. Mi sugerencia, sin ser experto, es tener límites de tiempo específicos de los proyectos basados ​en la cantidad mínima requerida, para abordar los objetivos de investigación establecidos. Para ello, las propuestas deben ser revisadas con prudencia por pares en los comités de ciencia y ética calificados e independientes. Esto podría significar que algunas investigaciones con embriones humanos no podrían continuar más allá del día 14, mientras que otras investigaciones sí.

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Profesor-Investigador Universidad Central de Venezuela • Miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat • Editor de la Revista Catálisis • Presidente (H) de la Sociedad Venezolana de...