La guerra de Israel para exterminar a los palestinos tiene coletazos en varios rincones de la tierra. En las calles de París, Madrid, Berlín, Londres, Washington, Nueva York, entre otras grandes ciudades, se han dado manifestaciones contra la barbarie israelí y de los países que le respaldan. Al mismo tiempo, expresan su solidaridad con Palestina.
Con el llegar de la primavera en el hemisferio norte, las protestas contra la guerra genocida de Israel se han extendido a los campus universitarios, como hace 50 años, contra la guerra de Vietnam.
Los estudiantes de todos los tiempos, de todo el mundo, por su ímpetu y posición social, son una fuerza difícil de doblegar. Los gobiernos les temen. La consigna estudiantil de antes y ahora es: “no nos pararán”.
En los años 60 fue Vietnam
La década de los 60 del siglo pasado marcó la historia como pocas lo han hecho. Fue una época de protestas y logros de sectores sociales oprimidos durante siglos: las mujeres, los negros y personas sexodiversas. La clase media asumió el rol protagónico que por siglos habían desempeñado campesinos y obreros.
En los años 60, los estudiantes salieron de sus aulas a protestar por las condiciones de vida, no necesariamente la de ellos, sino la de quienes vivían en la opresión. La guerra que los Estados Unidos y gobiernos aliados llevaban contra Vietnam fue el disparador de esas protestas.
En Vietnam morían o quedaban lisiados jóvenes contemporáneos de los estudiantes universitarios en los Estados Unidos. Además de las pérdidas humanas, la guerra implicaba grandes costos económicos para el país, desestabilizaba la sociedad.
En esa época estaban frescos los cánticos y consignas de los hippies, ese grupo de jóvenes que cuestionaban el statu quo y clamaban por un “hombre nuevo” (en ese tiempo el lenguaje era más sexista que ahora, “hombre” incluía a mujeres)
A finales de los años 60, en los campus de las más importantes universidades de Estados Unidos, Europa y América Latina se gritaron consignas contra la guerra y cantaron canciones de paz. «Give peace a chance», del Beatle, John Lennon, se hizo una especie de himno para denunciar la destrucción y la muerte de la guerra, como la que hoy ocurre en Gaza.
Gaza y el mundo hoy
El gobierno de Israel actúa bravo y apoyado, desconociendo todos los acuerdos internacionales que le exigen respeto a los derechos humanos y detener la guerra de exterminio que adelanta contra Palestina.
Junto a los ataques armados por cielo, mar y tierra a Gaza, Israel ha tendido un cerco militar impidiendo el acceso de alimentos, agua y medicamentos a tierras palestinas, sentenciando a la hambruna y desnutrición a la población, como hace un siglo hicieron algunos gobiernos europeos con los guetos judíos.
Al gobierno de Israel y los de los países que le apoyan, poco les importa el sufrimiento de la gente. Priva la lealtad entre los grandes poderes y la presión de la industria armamentista que está ganando millones de dólares con esta guerra y la de Ucrania.
La guerra de Gaza ha opacado a la de Ucrania. La barbarie del gobierno israelí y sus aliados resultan, a la vista de la opinión pública, más despiadados que la de Moscú. Las manifestaciones de apoyo a Palestina se extienden por el mundo y parece que reviven, peligrosamente, nocivos sentimientos antisionistas.
La procesión también va por dentro
Las protestas por la guerra de exterminio de Gaza también se ven en las calles de Israel donde se pide la renuncia del gobierno. Le acusan de asesino. La tensión va en aumento. Judíos en otras partes del mundo también protestan la matanza indiscriminada de civiles.
Junto a la población en las calles del mundo, los estudiantes, como en los años 60, están tomando el protagonismo de las protestas. Vuelve a sonar el cántico «Give peace a chance» y la advertencia; «no nos pararán».
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