…disculpa que te tutee, a fin de cuentas no nos conocemos pero, creo, pertenecemos más o menos a la misma generación y debemos haber padecido los mismos males que padece esta República aérea en la cual han transcurrido nuestras vidas. Por eso me permito tratarte de tú. Creo que eres un tipo inteligente, la verdad es que en el pasado me asombraron un par de tus intervenciones en ese difícil escenario que es la Asamblea Nacional, pero te confieso que me asombró mucho saber que tú eres el representante de la MUD ante el Consejo Nacional Electoral en lo que respecta al asunto de las firmas para convocar el Referéndum Revocatorio.
No creo que te importe mucho mi opinión, yo no soy más que un ciudadano con una profunda preocupación por la circunstancia que atraviesa el país. A fin de cuentas, nos encontramos frente a una lógica disolvente, estoy seguro de que convendrás conmigo en la idea de que el chavismo ha impuesto una dinámica de destrucción del país que lo hace casi inhabitable, al menos desde una perspectiva civilizatoria. Estamos una vez más en nuestra historia viviendo una confrontación muy dura entre la civilización y la barbarie, con el agravante de que la política se ha convertido, o se ha concebido, como un espectáculo.
Permite darte un ejemplo. Yo creo que con toda la valentía que requiere una huelga de hambre, estas solo deben usarse como último recurso. Me refiero en específico al caso de la Diputada Arellano y su huelga frente al TSJ, es que me queda la duda si no era suficiente con desincorporarse del curul y solicitar la incorporación de los suplentes para que estos fuesen juramentados y, en consecuencia, puestos en libertad. No sé, me parece que al final de la historia este gobierno, que es un mal gobierno, deja fisuras que no son aprovechadas de la mejor manera.
Yo creo que necesitamos más reflexión y mucha más autocrítica. No basta con convocar las acciones, es necesario justificarlas. No basta con ser política para ganar el favor de las masas, quienes desean dirigir a los demás deben ser mejores que los demás. Debe haber una relación de directa entre el actuar político y al actuar ético. Bien se dice que la mujer del Cesar no solo debe ser honesta, sino además parecerlo. Es así que los dirigentes deben ser consistentes, no pueden tener ‘rabo de paja’.
Yo tengo profundas diferencias en lo que respecta a la manera cómo se ha manejado el asunto de las firmas del revocatorio. No te molestes en buscar la mía, voy a decirlo públicamente, no firme en esta oportunidad. Quizás pienses que eso me descalifica. Pero permíteme recordarte la respuesta del maestro Castro Leiva en su extraordinaria alocución al Congreso, en aquella que quizá sea el último gran discurso que se escuchó en el hemiciclo, un discurso que recordamos con veneración quienes fuimos sus estudiantes. Decía el viejo Castro que se encontraba en aquel espacio cívico porque él, a pesar de no ser más que un ciudadano, era, precisamente eso, un ciudadano.
Te confieso que me molesta que seas tú precisamente quien se encarga de representar los intereses de los ciudadanos ante el CNE y me molesta porque, permíteme recordar algo de ingrata recordación, aún no ha quedado suficientemente aclarado aquella escena grotesca en la cual tú recibías un dinerillo de manos de un financista. Es claro que se trata de un video tomado de manera ilegal y es claro que no tiene fuerza probatoria. Sin embargo, una vez filtrado en la opinión pública, genera, al menos desde mi punto de vista, un problema y es que te descalifica en el ejercicio de la representación pública.
Al final de la historia no es suficiente con decir que te tendieron una trampa, es claro que hay mucha gente pescando en río revuelto, pero, me parece, en circunstancias tan complejas como las que vivimos uno no debe permitir que lo jodan y, en todo caso, la defensa no puede basarse en la huida hacia adelante o en una apuesta por la corta memoria de la gente o en la descalificación del otro.
Quizás te parezca que me meto en cosas que no me incumben. El tema es que me incumben porque soy un hombre de oposición que aspira a un país mejor. Prefiero decir las cosas en las cuales creo a pesar de lo imprudente que te pudiera parecer que callarme la boca y hacerme el loco, esa era una opción, pero te pido que me permitas ser sincero, como lo estoy siendo, y expresarte mis mayores consideraciones, a pesar de todo. Pero no te preocupes, no creo que esta misiva tenga mayor impacto sobre nuestra vida pública o sobre ti, a fin de cuentas yo no soy más que eso, un simple ciudadano.