La historia contemporánea de Venezuela está llena de capítulos que se escriben con letras torcidas por el puño de los vencedores. George Orwell, autor del magnífico libro 1984 La historia la escriben los vencedores, analiza esta afirmación. Sin embargo la historia sólo puede ser comprendida profundamente por los protagonistas de la historia viva, pues la historia siempre será un relato presente, aunque sea escrita permanentemente en el pasado.

Después de permitirme una breve elucubración filosófica, voy al punto de este artículo en el que quiero referirme a la perversidad en la política en Venezuela.

Una persona perversa es aquella que obra con mucha maldad y lo hace conscientemente, y, además, disfrutando de ello. Partiendo de este acercamiento conceptual, puedo afirmar que en Venezuela gobierna una élite perversa, que utiliza el odio y la venganza como herramientas políticas, pero lo más grave es que también en la oposición existe esta misma actitud.

Cuando Chávez llega al poder lo hace cabalgando sobre el descontento popular y apoyado por grupos económicos que controlaban en gran parte los medios de comunicación y que tenían sed de venganza sobre la clase política que había gobernado el país durante 40 años de vida democrática con aciertos y desaciertos, pero una democracia signada por la corrupción y la perversidad de muchos dirigentes políticos.

Las organizaciones políticas en Venezuela se convirtieron en maquinarias para llegar al poder con la finalidad de enriquecerse con el erario público y a través de coimas provenientes del delito, menoscabando la democracia. Lo más terrible es que las nuevas generaciones políticas, como ha quedado demostrado en su actuación en la Asamblea Nacional, han creado nuevos estrategias y métodos aún más perversos.

En este sentido Chávez y Maduro, y todos sus secuaces no han pensado en el bienestar del pueblo venezolano. No les importa si la economía funciona, no les importa la muerte de un venezolano, no les importa la educación de los niños y los jóvenes: solo les importa mantenerse en el poder y aumentar su peculio personal. Pero lamentablemente, desde la oposición los que luchan por llegar al poder no les importa tampoco la suerte de cada ciudadano venezolano.

La oposición ha utilizado la crisis humanitaria que vive el país para conseguir financiamiento en el extranjero de sus organizaciones políticas sin importarle la dirigencia de base y el pueblo. Los grandes líderes de la oposición viven en otra dimensión, su lucha es para alcanzar el poder para usufructuarlo, para establecer una nueva élite que gobierne en beneficio de intereses de grupos económicos y políticos. Chávez se mantuvo en el poder y ahora, Maduro apoyados por las estrategias de los sectores de la oposición. Los políticos de oposición han contribuido en triunfos electorales del Partido Socialista Unido de Venezuela solo por evitar que lleguen al gobierno sus adversarios de otra tendencia política que no sea la suya.

En este sentido hay preguntas históricas con respuestas oficiales escritas por los vencedores, pero con dudas en el fondo.

¿Qué pasó en el 2002 cuando Carmona llegó al poder y luego regresa Chávez?; ¿por qué se pierden gobernaciones y alcaldías que debió ganar la oposición?; ¿por qué han fracasado tantas protestas? y ¿por qué la persecución política ha sido selectiva y quirúrgica?

No responderemos aquí estas preguntas, pero la colaboración de amplios sectores de la oposición con el Gobierno es obvia, y la principal razón por lo que esto ha ocurrido es por una actitud perversa de odio y venganza sin considerar las consecuencias.

Finalmente reafirmamos que desde el Gobierno, Maduro y los que le acompañan han destruido el país y están perpetrando un genocidio solo para mantenerse en el poder. Han empobrecido el pueblo para someter la voluntad de la gente mediante el hambre, si quieres comer tienes que estar con el proceso. Sin embargo, en la oposición regalan ropa, comida y medicinas no con fines altruistas y humanitarios, sino que también aprovechan estas circunstancias de necesidad para lograr prosélitos.

De lo expuesto aquí una primera conclusión es que un primer paso para que Venezuela pueda enrumbarse hacia un mejor destino debe cambiar esta actitud perversa de ejercer la política.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Licenciado en Filosofía. Profesor de la Universidad Nacional Abierta. Investigador social.