Crisis de agua, caos

Por estos días, lo único que se come en el país es crisis y más crisis. Mientras que Nicolás Maduro se alimenta de violencia sin piedad, animar el terror y la incompetencia salvaje. Claramente, aquí no se está gobernando, sólo se piensa en cómo desaparecer a los adversarios políticos. Aquí no se piensa en gestión pública ni mucho menos, sólo se planifica cómo exterminar a la disidencia. Aquí no se formulan políticas públicas, sólo hay tiempo para sobrevivir censurando a los oponentes.

Por lo pronto, los venezolanos subsisten reinventándose. Me explico: Si no hay efectivo, unos se aprovechan vendiéndotelo hasta 2 veces su valor. Si no hay agua, algunos lo buscan en el Ávila o le piden al familiar que tiene afuera unos dólares para comprar un servicio cisterna. Como tampoco hay para comprar proteínas, entonces se come yuca y  se aprovecha el caldo de pollo que se cocinó hace 3 días atrás. Si no hay luz, no se molestan en ir a trabajar y se duerme en el techo de la casa o en el porche. Y así, el venezolano intenta ganarle a las brutales dificultades. El reinvento es la orden.

Por ahí se asoma otro problema: Probablemente no haya abastecimiento de gasolina en los próximos días. Si le parecía mucho estar 5 horas en una fila para surtirse de gasolina, ahora serán 15 horas o finalmente no tendrá la posibilidad de hacerlo. Lamentablemente, el país se quedó sin insumos y ahora tiene muchos problemas de gestión comercial nacional e internacional. Todas las cifras dan cuenta de que las refinerías nacionales están paralizadas y no hay dinero para importar diluyentes ni nada parecido.

No hay signos de mejoría en ningún ámbito de la vida nacional. Sólo hay confianza en la nada. Se sabe que no existirán aumentos de competitividad ni productividad en ningún sector económico; que las cuentas financieras del país seguirán en saldos rojos; que no encontraremos el sendero del crecimiento económico bajo el escenario actual y que pronto no nos preocuparemos por la moneda nacional porque hasta un chicle estará dolarizado.

Coexistir para salir de la crisis

El peso político lidera el debate nacional, pero los nudos gordianos se mantienen. Si no encontramos un mecanismo de coexistencia, probablemente derivará en una mayor crisis inhumana (sí, sí es posible estar peor). Los seres vivos estamos obligados a encontrar equilibrios, porque, en caso contrario,  estamos destinados a perder la vida pronto. Así como son necesarios los equilibrios de los ecosistemas, también son imprescindibles los equilibrios sociales.

Somos un país desestabilizado por todos lados, por lo tanto, lo menos que necesitamos es seguir  fantasías irresponsables que nos hundan en la ingobernabilidad. Un país que consume sus días en un conflicto de supervivencia, por ello, no hace falta que nos expliquen lo que hemos perdido. Somos un país que lo más seguro para mañana es seguir comiendo aprietos, ruinas y crisis, pues bien, no intenten convencernos de que 100.000 marines traerán la solución instantánea.

* * *

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores

Del mismo autor

Para conflicto político, arreglos políticos

Economista con un Magister en Políticas Públicas. Colaborador de varios medios nacionales.