La pandemia del Covid-19 ha sembrado incertidumbre. Sin embargo, ya hay, al menos un aspecto cierto, pero tan negativo como el coronavirus: la crisis económica. A mucha gente lo económico le preocupa tanto, o más, que la amenaza sanitaria. Lo que inquieta no es tanto la economía mundial, ni la nacional, sino la doméstica, la personal, la del bolsillo de cada quien, donde repercuten las consecuencias de los otros niveles.
Economía y pandemia
La crisis económica que ya venía afectando a gran parte de los países, aun a algunos de los ricos, se ha agudizado con la pandemia del Covid-19. La cuarentena o confinamiento ha paralizado a la mayoría de los sitios de trabajo. Los trabajadores públicos están protegidos por sus gobiernos, pero los que trabajan para empresas privadas, la pasan peor.
Las condiciones de trabajo han cambiado en desmejora de los empleados. Muchos salarios han sido rebajados. Los abusos empresariales se han incrementado. Casi ninguna ley laboral incluye artículos que refieran al teletrabajo. El empleado desprotegido legalmente. Agarrado de lo que pueda.
La pandemia ha dejado menos puestos de trabajo. La gente va acumulado deudas. Muchos sitios de trabajo, probablemente, no volverán a abrir. Más desempleo. Más angustia en la familias, a nivel personal.
Los países ricos amainan la crisis de la economía doméstica con bonificaciones por paro laboral. Los países pobres no tienen esa política, ni recursos para ello. Además, gran parte de la fuerza de trabajo en estos países está en la economía informal, la que resuelve cada quién. La inmensa mayoría tiene que ir la calle a buscar sustento. La calle está prohibida por la cuarentena. Más angustia en la familias, a nivel personal.
Lo que viene, aumento de la pobreza
La crisis económica por la pandemia se está sintiendo, se extenderá, se profundizará por un buen tiempo. Cuando llegue la post pandemia, los pobres serán más pobres. Habrá más pobres. Los sectores medios se afectarán seriamente. Algunos ricos serán más ricos. Pero, en general, todo el mundo estará afectado económicamente, dicen los organismos financieros mundiales. Más angustia en las familias.
Ya se está viendo el colapso a nivel de las instituciones financieras gubernamentales y privadas. La están sufriendo las grandes, medianas y pequeñas empresas, pero, sobre todo, con ahínco, las familias e individuos. Con poquísimas excepciones, después de esta pandemia estaremos peor de lo que se estábamos económicamente. Lo dicen los especialistas.
Latinoamérica, un continente cuyos países se caracterizan por los altos índices de pobreza y desigualdad social, en julio pasó a ser el foco mundial de la pandemia del Covid-19, y así seguirá quién sabe por cuánto tiempo más. Más angustia para las familias latinoamericanas.
La crisis económica afecta seriamente la psique. Atenta al bienestar familiar, personal.
Los retos
Después de esta pandemia vamos a ser mejores, se lee en las redes. Un deseo que tiene que ver con el ser, distinto al estar. Probablemente, seremos mejores en términos morales. A lo mejor, más fuertes, más solidarios. Pero en términos de estar es muy difícil que estemos mejor que antes de la pandemia, al menos en lo que a lo económico se refiere.
La post pandemia será un tiempo de retos, de respuestas creativas a situaciones inéditas. No podemos intentar responder a los problemas que han surgido o agudizado con la crisis del coronavirus de la misma manera que a principio de este año y los anteriores. Más que nunca se exige y aprecia la inteligencia, la creatividad, el pensamiento flexible para enfrentar los problemas que están surgiendo.
Muchas de las soluciones dependerán de los organismos multilaterales a nivel mundial, de los países más ricos, de las respuestas de cada gobierno. Pero, en ellas, serán fundamentales las decisiones y aportes creativos, generosos, de cada quien.
A tener en cuenta
En tiempo de calamidades, cada quien trata de salvarse y la calamidad del coronavirus, lamentablemente, no terminará cuando los contagios y muertes se controlen. Entonces será cuando se agudicen otras que ya comenzaron: las económicas y sus consecuencias sociales producto de las obscenas desigualdades en que el mundo se mueve.
No es lo mismo enfrentar la pandemia en países de economías sólidas, que en los de fondos débiles. No es lo mismo enfrentar la pandemia en países con sistemas de salud eficientes y generales, que en los que dependen de la asistencia internacional. No es lo mismo enfrentar la pandemia en países que tendrán capacidad de recuperación económica en relativamente poco tiempo, que en aquellos que quedarán en un hueco, quién sabe cuánto tiempo.
La alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, lo advierte. Aunque haya gestos de solidaridad en el mundo, también habrá de egoísmo. El pez grande seguirá comiéndose al chico.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: Connacionales infectados y acusados