La partida de la duquesa y del duque de Sussex de la realeza británica se veía venir desde hace algunos meses cuando, Meghan y Harry, se atrevieron a declarar públicamente el deterioro de su estado emocional debido a los ataques constantes de los medios sensacionalistas hacia la joven norteamericana.
En una entrevista exclusiva con la BBC, Meghan dejó claro que ella sabía que casarse con Harry no sería fácil desde el punto de vista mediático, pero pensó que por lo menos sería justo.
Un análisis de The Guardian, presentado la semana pasada, respalda la afirmación hecha por Buzzfed según la cual, Meghan Markle recibió entre mayo de 2018 y enero de 2020, dos veces más cobertura negativa que positiva. El análisis periodístico apoya de este modo la posición de la duquesa, quien se ha quejado del acoso de la prensa británica durante este periodo. De acuerdo con The Guardian, de 843 artículos impresos en 14 periódicos, 43% fueron negativos, sólo 20% fueron positivos y 38% fueron neutrales.
Estos resultados también apoyan la versión de que la duquesa de Cambridge recibió un mejor tratamiento mediático durante esta etapa. En estos meses, Kate Middleton sólo fue mencionada en una fracción de la cobertura dada a Markle y, principalmente en titulares, donde de 144 el 45% fue positivo y sólo 8% negativos.
Los ataques de la prensa a Markle son de tono visceral, racistas, xenofóbicos y sexistas y han provocado reacciones de diferentes sectores de la sociedad. Luego de la declaración dada por Meghan y Harry a BBC, la pareja recibió una arremetida brutal de parte de los tabloides lo que provocó el pronunciamiento de 70 mujeres parlamentarias, representantes de todos los partidos, quienes condenaron el tratamiento negativo y parcializado de la prensa hacia la joven.
Las parlamentarias acusaron a los tabloides de utilizar un tono colonialista disfrazado en contra de la duquesa, así como de la publicación de historias de mal gusto y distorsionadas, violentando de este modo la privacidad de la duquesa. Los ataques de la prensa hacia Meghan Markle, incluyen una fotografía de una pareja blanca sosteniendo la mano de un chimpancé, la cual fue publicada los días previos al nacimiento de Archie, primer hijo de los Sussex.
La doctora y escritora Maya Goodfellow, profesora de la Universidad de Londres, explica en su artículo en vox.com que “la familia real ha sido históricamente una institución de raza blanca” y cuando Meghan fue recibida en su seno, fue considerado como progreso. “Pero hacia finales de 2016, el príncipe Harry condenó públicamente la ola de abusos y acoso que su prometida estaba recibiendo, lo que incluía tonos racistas y sexistas. Tres años más tarde, Meghan expresó a la BBC lo difícil que ha sido para ella enfrentar la cobertura de los tabloides y adoptar la “flema británica”.
Goodfellow explica como la prensa ha hablado del ADN exótico de Meghan Markle; la describió como (casi) directamente de Compton (una de las ciudades más peligrosas de los Estados Unidos); la atacó por las cosas por las que Kate Middleton, la esposa blanca del príncipe William, ha sido elogiada (como, por ejemplo, poner una mano protectora sobre su vientre durante su embarazo); y comparó al hijo de la pareja con un chimpancé.
“Pero en los estudios de televisión de todo el país, los comentaristas parecen ignorar todo esto. La cobertura de Markle ha sido acogedora y cálida, dicen. Y cuando se enfrentan a la evidencia que muestra que ciertamente no siempre ha sido el tono de los informes, preguntan: ¿es realmente racismo? Sí, la cobertura de los medios del Reino Unido sobre Meghan Markle es realmente racista”, afirmó la académica.
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