En qué consiste el “salario de emergencia” que proponen sindicatos de trabajadores
Protesta de trabajadores públicos- 30 de enero (Mairet Chourio) Credit: Mairet Chourio

Los autoritarismos se mantienen gracias a la mentira y al terror, la primera se convierte en un catalizador que permite relativizar el mal y fingir que todavía se puede vivir con cierta «normalidad», que si no hacemos bulla el terror puede disminuir. La función de la mentira es apaciguar la conciencia, especialmente, la de quienes tienen responsabilidades políticas y/o académica y/o intelectual. Apaciguamiento de las élites.

En enero y en los días que corren, me sorprendió mucho la consulta que mi hicieran algunos empresarios: ¿a qué se deben las protestas de los maestros?, ¿por qué ahora?, ambas preguntas retumban en mi mente. ¿Qué hace posible pensarlas? ¿Desde dónde interpretan las élites la realidad en Venezuela?

Es tan obvio que el sistema público está montado sobre los hombros de esclavos. Mano de obra esclava y hambre, constituyen la vida cotidiana de nuestro pueblo y, en él, de los empleados públicos. No es una metáfora, no es una analogía, es la verdad oculta en la propaganda, en la mentira de los bonos y en la falsa eficacia del Clap.

¿Cuánto gana un maestro? ¿Cuánto gana un profesor titular de la UCV, dedicación exclusiva, doctor, con más de 25 años de servicio? No llega a 75USD. Tanta formación, tanto trabajo para ganar 2.5USD diario. Esta es la verdad de la mentira de la propaganda. La revolución ha venido destruyendo sistemáticamente el salario y con él la vida de las personas.

La protesta de los maestros ha sido una lucha épica, no solo del maestro o profesor, o el empleado público, es una lucha de la familia. En las voces comunitaria escuchamos empatía, solidaridad, acompañamiento. Protestamos quienes llevamos la educación en nuestros hombros, también el pensionado que al día de hoy gana 5 USD al mes.

La verdad de la esclavitud venezolana se sostiene en la mentira de los bonos y el sistema patria, sentí gran indignación cuando la administración de la Universidad Central de Venezuela me requirió que ingresara al sistema patria, al que no pertenezco bajo objeción de conciencia, a revisar los miserables bonos que debí recibir. ¿Podremos todos los empleados públicos reconocernos en esa esclavitud y desde ahí caminar hacia la libertad? Preguntas al vuelo, a la luz de la indignación.

La mentira es un exquisito plato que se prepara con los sabores más diversos. Sistemas y subsistemas, se sostienen en ella. La educación, «la efectividad de los bonos y el Clap», la economía y sus burbujas, su efímera y falsa sensación de «bienestar», el sistema electoral y la mentira del voto seguro. Les pregunto: ¿hemos seguido de cerca el sistema electoral comunal?, ¿tienen idea los políticos y/o líderes de lo que ha implicado este sistema?

Cuando la mentira viene ganando espacio, se abren múltiples vías, las propias del sistema y las señales o posibilidades que nos quedan a los ciudadanos. El punto de partida será siempre el reconocimiento. Reconocernos en nuestras circunstancias es siempre un buen comienzo. Reconocer la esclavitud y liberarnos; que la asociación gremial que reacciona ante el salario y las condiciones laborales es una voz que reclama justicia; reconocer que el sistema electoral está montado en la mentira y desobedecerlo como acto deliberado, pensado, consciente.

No quiero cerrar sin ahondar en este último tema de contexto: las elecciones primarias, ¿si es este un instrumento de la ciudadanía por qué no actuar en consecuencia? El desafío es diseñar un sistema que nosotros podamos controlar y no las estructuras gubernamentales que se sostienen en la mentira. Pensar y actuar de modo autónomo es el primer paso en la desobediencia al sistema, a sus normas y aparatos.

Como sociedad y comunidad nos toca desvelar la mentira de todos y cada uno de los instrumentos de dominación, incluyendo el electoral, si para ello, por ejemplo, debemos ir a un proceso electoral manual que desafíe el sistema, que afirme nuestra autonomía, que nos una en la confianza ciudadana, pues hagamos ese camino.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

De la misma autora: De la libre asociación y afines

Doctora en Ciencias Sociales y Licenciada en Trabajo Social. Profesora titular de la Universidad Central de Venezuela. Investigadora en antropología cultural del pueblo venezolano y sobre el fenómeno...