A propósito de una interesante lectura que -gracias a la gentileza de su propio autor, Jorge Cracco- he tenido de su novela Confesiones de un átomo, me he empapado en un recorrido maravilloso realizado a través de sus páginas de los conceptos de la física cuántica. Y en función de ello, me atreví a ubicar un paralelismo entre esta maravillosa concepción de la vida con la política, resultando en un cúmulo de informaciones que realmente no tienen desperdicio y que, además, nos brindan muchas explicaciones de lo que está ocurriendo en la Venezuela actual y en muchos otros lugares.
En un artículo escrito en 2018 para el diario ABC de España sobre política cuántica, el periodista José María Carrascal describe como “…el Principio de la Indeterminación se ha extendido al mundo de la política, que se hace «líquida», como dicen algunos expertos, cuando podían haber dicho «cuántica».” Y es que, la física ha saltado desde el principio newtoniano que señalaba el principio de la ley de la gravedad, que daba un orden a las cosas a lo cuántico cuyo principio es precisamente, la ausencia del “orden tradicional” hacia un “supuesto caos”. Hoy día observamos que en la acción política no existe un centro de gravedad único, sino múltiples pivotes que, en no pocos casos, la vuelven incomprensible para el común de la gente.
¿Saltos cuánticos en política?
Como vemos la “indeterminación” es la característica más significativa que nos ofrece el mundo cuántico. Heisenberg, físico teórico alemán de amplio reconocimiento internacional, afirmaba que “es imposible determinar con exactitud la posición y la velocidad de las partículas subatómicas”. Con ello, Carrascal apuntala: “dentro del átomo, no gobierna la ley, sino el caos”. Nosotros agregamos que el “caos” pareciera alimentar a la política actual, que no se sujeta a un tradicional centro de gravedad, sino que su característica actual es dar saltos aparentemente “ilógicos” hacia adelante, hacia atrás o bien hacia los lados; dejando en muchos casos, totalmente desorientadas y obnubiladas a poblaciones enteras que terminan desconectándose de tanta aparente “incoherencia” discursiva. “La historia ya no avanza paso a paso, sino a saltos, y la política experimenta hoy cambios tan erráticos como los de las partículas subatómicas, cuya anarquía recuerda la del mundo actual” continúa describiéndonos el rumbo de la política actual, el periodista Carrascal, que aunque en su artículo se refiere a la situación de España, no deja de tener basamento para explicar muchos elementos de la política mundial actual.
¿Y la posverdad?
La política cuántica también ha fortalecido la creación de posverdades. Y las reflexiones interesantes y asertivas de José María Carrascal así nos lo demuestran. “…en plena «política cuántica» lo demuestra la rapidez con que se ha extendido la posverdad, hasta el punto de haberla adoptado políticos de ambos lados del espectro ideológico y haber sido admitida por el gran público como algo normal”. Una mentira repetida mil veces y además potenciada a través de las redes sociales, termina convirtiéndose en una verdad fundamentalista. Sí, una versión que inclusive, es montada y resonada por bots – cuentas fantasmas asociadas a laboratorios de contrainformación- para posicionarla en las agendas públicas de cada país, en función de “sembrarse” como verdades absolutas.
Tendremos que aprender en Venezuela a “comprender” esos saltos cuánticos del liderazgo político, que no termina de atarse a un centro de gravedad que garantice una direccionalidad estratégica compartida por las amplias mayorías. Y habrá que tener, con especial cuidado, sapiencia para no caer a pies juntillas en las famosas posverdades que tratan de explicarlo todo, sin explicar nada.
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