“Prefiero que beba en la casa”

En un taller con familias, en un colegio de Caracas, una de las participantes expresó  “Me preocupa y me hace sentir muy confundida la complicidad de las familias al permitir  que los adolescentes consuman alcohol cuando se reúnen en la casa de un compañero, en las fiestas de graduación, cumpleaños o en la calle cuando se agrupan  para escuchar música. Pareciera  que si no hay alcohol no hay diversión. Cuando planteó su preocupación otra de las participantes dijo que estaba chapada a la antigua,  lo que había que hacer era  enseñarlos a beber responsablemente”.

La ingesta de alcohol es un tema que genera controversias en las reuniones de padres. Hay unanimidad en tener cero tolerancia cuando se habla de sustancias estupefacientes, cigarrillos; pero cuando del alcohol se trata las posiciones son diversas.

Probablemente tiene que ver con nuestras propias historias familiares. Desde muy pequeños escuchamos en nuestros hogares frases como: “hoy he tenido un día terrible, necesito un trago”, “me siento tan contento que lo que me provoca es una copa”, “¿por qué no nos reunimos para compartir y nos echamos unos traguitos”. Se va instaurando la necesidad de involucrar el alcohol en los diferentes momentos de nuestra vida: placer, dolor, tristeza, soledad, vacío.

Impacto en los adolescentes

Una serie de investigaciones a nivel mundial apuntan a que el cerebro se sigue desarrollando hasta los 25 años. Este hallazgo alerta sobre los riesgos de fomentar el “consumo responsable” en los adolescentes asumido por muchas familias.

Los estudios longitudinales muestran que el consumo temprano de alcohol se asocia con una disminución más rápida de la materia gris, mientras que el crecimiento de la materia blanca se retrasa.

«Mucha gente describe el cerebro adolescente como si tuviera un acelerador completamente desarrollado sin frenos. Los niños más impulsivos tienden a beber más y luego beber provoca más impulsividad «, afirma Lindsay Squeglia, neuropsicóloga de la Universidad Médica de Carolina del Sur. 

El efecto del alcohol sobre las neuronas tendrá un efecto de “echarle gasolina al fuego” y contribuir a la desinhibición que puede favorecer el asumir conductas de riesgo.

Squeglia cuestiona la creencia de muchos padres en que una lenta introducción al alcohol en un contexto controlado enseña a los jóvenes a beber de forma segura y a reducir los atracones más adelante, mientras que la restricción lo convierte en una tentadora «fruta prohibida».

«La investigación ha demostrado que cuanto más permisivos son los padres con el consumo de alcohol, más probabilidades hay de que un niño tenga problemas con el alcohol en el futuro», señala.

Por otra parte, Ruud Roodbeen, investigador de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) ha investigado sobre el impacto mayor del consumo en un adolescente que no tiene la altura y contextura de un adulto. «Una parte relativamente grande del alcohol termina en el cerebro de los jóvenes, y esa es otra razón más por la que los jóvenes tienen más probabilidades de sufrir intoxicación por alcohol», dice Roodbeen.

Responsabilidad de los adultos

Probablemente los padres debamos abordar el tema; ponernos de acuerdo si tenemos visiones distintas. Posteriormente hay que hablar con nuestros hijos adolescentes.  Es importante hacerles ver que, si bien es cierto que la ingesta puede generar sensaciones momentáneas  de euforia, alegría, desinhibición,  detrás de ellas se esconden daños importantes en el organismo que afectan la salud física, psicológica y emocional.

Detrás de la violencia en las escuelas, actos vandálicos, accidentes automovilísticos, embarazos adolescentes puede estar el  consumo de alcohol como denominador común.

No se puede desestimar la influencia del entorno social. Muchos adolescentes comienzan a fumar, consumir alcohol, incluso drogas, para sentirse aceptados  o ser parte de un determinado grupo.

 En los centros educativos está prohibido el consumo de alcohol. Sin embargo, es común, que en actividades para recaudación de fondos, verbenas,  pro graduación, eventos deportivos se expenda licor permitiendo incluso que los adolescentes lo consuman.

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