La ciudadanía, como sujeto social y político, tiene en la coyuntura actual una gran responsabilidad de cara a la superación de esta crisis sistémica que subyuga y asfixia nuestra cotidianidad. Se trata de hacer un ejercicio activo de nuestros derechos políticos-ciudadanos. En esta línea propongo 7 desafíos ciudadanos:
1.Dejar claro que el revocatorio es un derecho constitucional de la ciudadanía. La ciudadanía tiene derecho a ser bien gobernada, y cuando esto no ocurre, tiene el deber de ejercer por vía constitucional su derecho político a revocar a los gobernantes.
2.Evitar polarizar la lucha por el revocatorio. El gobierno hará lo posible por poner el referendo en el terreno de la polarización, es decir, en el esquema chavismo vs oposición y de esta manera pretenderá amalgamar a sus seguidores o por lo menos desmovilizar al chavismo descontento. Las organizaciones sociales y el ciudadano común tenemos que insistir que el RR es la lucha de la ciudadanía vs un mal gobierno.
3.Es una lucha inclusiva tanto social como política. En la lucha por el revocatorio caben chavistas y opositores, es decir, todos aquellos que consideran que estamos en una crisis sistémica y que para crear las condiciones objetivas que permitan iniciar un camino largo y lento de recuperación es necesario revocar al actual gobierno que insiste en desconocer la crisis sistémica y la gran emergencia humanitaria.
4.Desmarcar la lucha por el revocatorio del oportunismo político del “quítate tú pa’ ponerme yo” y colocar el país en el centro. Por eso, toca insistir desde la sociedad civil, que el referendo revocatorio es sólo un paso necesario para que haya negociación y concertación para iniciar la ruta para salir de la crisis.
5.La no violencia activa es el camino. No caer en provocaciones que inciten a la violencia y mantenerse estoicamente en los límites de la no violencia activa. Rechazar cualquier tipo de violencia, venga de quien venga. No hay violencia legítima, la Paz es el camino. La violencia siempre es un camino ciego.
6.Los funcionarios públicos, en cuanto ciudadanos, están en el legítimo derecho de movilizarse tanto para protestar como para firmar. Un funcionario público es un funcionario de Estado, no un funcionario de gobierno. Su mayor responsabilidad es con todos los venezolanos, no con una maquinaria política, sea esta roja, blanca, amarilla o azul.
7.Desmarcarse de cualquier mesianismo que pretenda focalizar los esfuerzos en el inmediatismo político-electoral. El revocatorio no es el final de la crisis, es sólo un paso importante para la recuperación nacional; siempre y cuando este sirva para crear las condiciones para el diálogo, la negociación y la concertación nacional.
Estos siete desafíos tienen que ir acompañados con la convicción interior en cada persona, que sobre todo, es hora de revocar de nuestro corazón y conciencia todas aquellas actitudes que en nuestros círculos de relación atentan contra la dignidad humana y el bien común. Actitudes que lamentablemente muchas veces gobiernan nuestra vida y deterioran nuestra convivencia.
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