Violencia, sobrepoblación carcelaria, desabastecimiento, presos políticos y restricciones a la libertad de expresión y al derecho al voto fueron las razones principales por las cuales 14 países secundaron el segundo informe que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, presentó sobre la situación de Venezuela el pasado 14 de marzo, y también el motivo por el cual 18 naciones convocaron al Consejo Permanente que se celebró, con la aprobación de 20 países, el 28 de marzo en el Salón Simón Bolívar de la OEA.
Sin embargo, para Delcy Rodríguez, canciller de la República Bolivariana de Venezuela, ninguna de estas razones son ciertas, pues el 27 de marzo convocó a otra sesión del Consejo Permanente en la cual, además de denunciar las actuaciones de Almagro, a quien calificó de: “mentiroso, deshonesto, malhechor y mercenario” y catalogar a la OEA como una organización oprobiosa e injerencista, relató lo muy bien que se encuentra la situación en Venezuela al destacar: un novedoso modelo de distribución y producción de alimentos, que en tan solo un año alcanza a 6 millones de familias, un sistema de salud pública con cobertura a más del 82% de la población y un índice de vida superior al de 7 de los 14 países que secundaron el informe de Almagro: México, Brasil, Perú, Colombia, Paraguay, Guatemala y Honduras.
Asimismo, antes de finalizar su intervención, la canciller se detuvo a mencionar con especial énfasis el trabajo del Alba y Petrocaribe, como quien necesita recordar a sus aliados los compromisos que alguna vez adquirieron.
No obstante, ni los calificativos dados al secretario general de la OEA y a la organización por parte de la canciller venezolana, ni el recordatorio de los favores adeudados a sus aliados hicieron tanto ruido dentro del Salón Simón Bolívar como lo hizo la descripción de la aparente maravillosa situación que se vive en Venezuela, que generó exclamaciones de indignación entre el público presente y la reacción sarcástica por parte de la Embajadora de Paraguay, Elisa Ruíz Díaz, quien felicitó a la canciller por ¨el envidiable desarrollo social que la prensa mundial transmite sobre Venezuela¨.
Así fue el Consejo Permanente de la OEA
El 29 de marzo, el Consejo Permanente pautado para las 02:00 pm comenzó con una hora de retraso y el debate sobre la situación de Venezuela se aplazó por una hora más debido a que las delegaciones de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, haciendo uso excesivo del punto de orden, interrumpían una y otra vez el proceso votación del orden del día, alegando que se trataba de una discusión de naturaleza injerencista.
Incluso la delegación de Bolivia solicitó una aclaración, por parte de la Secretaría de Asuntos Legales, sobre el sustento jurídico de la convocatoria al Consejo Permanente, obteniendo como respuesta que el sustento no era otro que el llamado hecho por 18 naciones, quienes haciendo uso de su soberanía tenían derecho a convocar el Consejo Permanente.
No así, esta respuesta no parecía satisfactoria para ninguna de estas tres delegaciones que seguían entorpeciendo el desarrollo del Consejo, a tal punto que las delegaciones de Canadá, Estados Unidos y México hicieron un llamado de atención a la presidencia del Consejo, ejercida por el representante Permanente de Belize, Patrick Andrews, quien se disculpó por la flexibilidad sostenida y finalmente decidió pasar a la votación de la agenda del día.
No obstante, para al momento de proceder a la votación el Representante Permanente Alterno de Venezuela, Samuel Moncada, solicitó que se votara no por la agenda sino por ¨la capacidad de intervenir en nuestros asuntos internos sin nuestro consentimiento¨, a lo que la Delegación de la Argentina, representada por Juan José Arcuri, reaccionó con molestia, golpeando fuertemente el placard contra la mesa para solicitar un punto de orden con el que manifestó:
¨Señor Presidente, siguiendo su guía, creo que tendríamos estar votando ya, a esta altura, después de exactamente casi una hora de este intercambio (…) el orden del día. Pero que quede claro: estamos votando el orden del día, no lo que dice el orador que me acaba de preceder en el uso de la palabra, nosotros estamos votando el orden del día de este Consejo que ha sido convocado de conformidad con la Carta y no con un solo artículo, sino de conformidad con los 146 artículos que tiene ese instrumento. Entonces, si nos vamos a apegar a la Carta con esa férrea voluntad, nos tenemos que apegar a todos los artículos de esa Carta. La delegación de Argentina entiende que estamos votando el orden del día y ninguna otra connotación va a ser considerada por mi delegación como que estamos votando sobre eso, a favor, en contra o lo que fuere, estamos el orden del día, gracias¨.
Finalmente, se logró proceder a la votación del orden del día que se aprobó con 20 países a favor, 11 en contra, dos abstenciones y una ausencia a pesar del intento fallido de Venezuela de cambiar la connotación de la votación y el devoto respaldo de Bolivia y Nicaragua quienes al rechazar la agenda lo hicieron manifestando: ¨no al injerencismo¨ y ¨en contra de la injerencia¨, frases estas que generaron risas de mofa en el público presente.
Una vez iniciado el debate, cada país manifestó su posición oficial.
Quienes rechazaron el orden del día dieron discursos orientados a la naturaleza injerencista que suponía discutir el tema de Venezuela dentro del seno de la OEA.
La posición de respaldo de El Salvador y la de República Dominicana se notó firme. Sin embargo, llamó la atención que Ecuador, solo diera un discurso oficial y no mostrara una posición más activa en la defensa de la posición del Gobierno de Venezuela como lo hicieron Nicaragua y Bolivia.
Por su parte, quienes aprobaron la agenda del día manifestaron preocupación por la situación que enfrenta Venezuela. Perú la calificó como una ¨grave crisis política y humanitaria¨ y Costa Rica hizo hincapié en las violaciones de derechos humanos. Asimismo, México propuso: continuar con el diálogo, pero señaló que para que el mismo sea efectivo es necesario que el Gobierno se comprometa a cumplir con los acuerdos; liberar a los presos políticos; establecer un calendario electoral (no habló de un lapso específico como se señala en el informe de Almagro); y una evaluación periódica por parte de la OEA respecto a la situación de Venezuela, recomendando reuniones del Consejo Permanente para tratar el tema una vez al mes. A estas solicitudes también se unieron la delegación de Paraguay y la Delegación de Argentina, que denominó a la situación de Venezuela como una ¨crisis integral¨.
Sin embargo, la participación del Representante Permanente de la Delegación de Panamá, Jesús Sierra Victoria, mostró un tanto de ambigüedad, pues en un principio manifestó respaldo al proceso de diálogo entre la oposición y el Gobierno venezolano (diálogo catalogado como fracaso en el segundo informe de Almagro), luego señaló la necesidad de respeto a la libre determinación de los pueblos y la importancia de proteger las elecciones presidenciales de 2018 en Venezuela, y por último manifestó que: ¨el fortalecimiento y la preservación de la institucionalidad democrática, así como el respecto a los derechos humanos son asuntos de pleno valor para nuestro país¨.
A medida que la discusión sobre la situación de Venezuela se iba profundizando, el recién embajador, Samuel Moncada, iba perdiendo el hilo diplomático. Primero intentó apelar a la condescendencia invitando a los demás Estados a que vieran esta situación como un espejo, pues próximamente podrían ser ellos quienes estuvieran en la posición del Gobierno de Venezuela. Luego, intentó ampararse en la Constitución aferrándose a la exposición de motivos, en su Título I de los Principios Fundamentales, en donde se habla sobre la autodeterminación nacional alegando además el carácter preferente la Constitución sobre los instrumentos internacionales, olvidando, al parecer por conveniencia y no por ignorancia, los artículos 23 y 153 de la Carta Magna venezolana que reconocen la jerarquía constitucional de los instrumentos internacionales, los considera parte del ordenamiento legal vigente y les concede aplicación directa y preferente sobre la normas nacionales.
Así pues, el decoro diplomático de la delegación venezolana seguía en picada, pues el embajador alterno comenzó a atacar uno a uno a los representantes de las naciones que no manifestaban su respaldo al Gobierno Venezolano: A la delegación colombiana le solicitó que dejara de inmiscuirse en los asuntos de Venezuela y se ocupara de parar la producción de cocaína, la cual era de tal magnitud que se desbordaba y terminaba en territorio venezolano. Ante tal comentario, fueron varias las delegaciones que hicieron punto de orden para manifestar su desaprobación.
La presidencia le concedió la palabra al representante de México, quien solicitó se le hiciera un llamado de atención a la delegación de Venezuela, quien a su vez violentamente respondió: ¨Ahora voy con México¨ y señaló: ¨Venezuela necesita tanto un grupo de la OEA como México el muro¨. Este comentario, nuevamente generó agitación entre las delegaciones, quienes volvieron a señalar la conducta irrespetuosa de Venezuela y en consecuencia se generaron más ataques por parte de la delegación Bolivariana, que espetó contra Canadá que ¨padecía de ceguera moral y principista¨.
En el seno del Salón Simón Bolívar parecía que la Delegación de Venezuela jugaba a alterar a los representantes diplomáticos para suspender el debate. Sin embargo, la sesión del Consejo Permanente llegó a su fin sin ser suspendida y con tono de desespero el Embajador Moncada solicitó al gobierno de Estados Unidos que derogue el decreto del Presidente Obama y devuelva el dinero que los corruptos se llevaron. Posteriormente la Canciller de la República ofreció una rueda de prensa, donde declaró el debate como una victoria política y al mismo tiempo lo desconoció indicando que esa sesión del Consejo no tenía soporte legal. Asimismo, respaldó los comentarios altisonantes de Moncada explicando que su referencia al muro no era más que una manifestación de apoyo con México. Igualmente, reiteró su posición del día lunes con la que indicó que de seguir la discusión sobre el tema de Venezuela tomarían ¨acciones contundentes y definitorias¨. Finalmente, la canciller cerró la rueda de prensa indicando que ¨la diplomacia de Venezuela no es de perfume caro¨, como quedó a la vista de todos gracias a la conducta indecorosa sostenida en el Consejo.
Caro no es el perfume, eso se nota a distancia. «J osé Mujica negó hacer comentarios sobre las declaraciones de la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, quien calificó a Almagro de “mercenario”, “malhechor” y “mentiroso”.
Sin embargo, señaló que hay estilos que no comparte, que “no resuelven nada” y que, en última instancia, “lastiman a quien los usa”.
Diplomacia hace quien sabe, no quien quiere.. la chilindrina no llega ni a la suela del zapato.. y lo que da es verguenza ante el mundo (exceptuando los chulos que se hacen los sordos, por supuesto)