Hubiera parecido un día de trabajo en el hotel Meliá Caracas como cualquier otro de no ser porque en la entrada principal había unas 15 camionetas del año. Cadillac, Grand Cherokee y Toyotas 4Runner, algunas adornadas con placas diplomáticas. Otras con un guardián al lado en una moto de alta cilindrada, custodiando cada movimiento. En la otra acera de la entrada, nueve patrullas de la Policía Nacional Bolivariana indicaban que quienes estaban adentro no eran personas cualesquiera.
Los periodistas estaban al fondo, como tratando de no incomodar a los huéspedes en el lobby y en el bar. Llegaban con maletas y con pasaporte en mano a hacer el check in, como cualquier otro día. Solo que este sábado, 12 de noviembre, había hasta efectivos policiales descansando en las butacas del hotel. Un piso más arriba, oposición y Gobierno decidían el futuro del país.
“No sabría ni decirte a qué hora llegaron las camionetas. Ellos (las partes del diálogo) están yendo y viniendo”, dijo uno de los trabajadores del hotel en la entrada. Para el viernes 11 de noviembre estaba pautado el segundo encuentro entre la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el Gobierno; sin embargo un solo día para la jornada no bastó. Ambos sectores se volvieron a reunir este sábado, 12 de noviembre, para continuar con las negociaciones.
Aunque la reunión estaba pautada para las 10:00 am, no empezó sino una hora y media después. Funcionarios de Casa Militar vestidos de civiles vigilaban a huéspedes, reporteros y trabajadores. Cinco resguardaban la escalinata que daba al Salón Río Ocamo III, donde estaban reunidos los representantes de la MUD, el Gobierno, el Vaticano y la Unasur.
Ni siquiera hablaban entre sí para no dar pistas de nada a quienes pudieran estar escuchando. Mientras tanto, dentro de la sala de conferencias corría el rumor de que las elecciones de Amazonas se realizarían nuevamente como parte del acuerdo.
Cámaras y reflectores aparecieron repentinamente frente a las escalinatas. Sin embargo, no bajó Ernesto Samper ni monseñor Claudio María Celli. Una novia posaba en su vestido blanco en medio del tan esperado diálogo en el hotel Meliá. La espera seguía y deparaba más horas.
“¡Viene bajando Ocariz!”, comunicó un funcionario de Casa Militar a través de un radio. Personas en traje iban y venían en el piso de arriba. “No viene. Lo mandaron a devolverse porque están con la sesión de fotos de los novios”, dijo el hombre minutos después.
“No sé quién tiene real para casarse ahorita. Si yo fuera enchufado, no me caso aquí, sino en una casa de esas”, expresó otro Casa Militar, refiriéndose a la Quinta la Esmeralda. La echadera de broma duró un par de minutos; después volvieron al hermetismo.
Casi en paralelo, mientras se daba la reunión, la exdiputada María Corina Machado manifestó su rechazo al encuentro. “Los tiempos de la gente no son los tiempos de los acuerdos entre políticos. No se equivoquen”, dijo a través de su cuenta de Twitter. Horas después, a las 3:10 pm, un grupo de 15 militantes de Vente Venezuela se concentró frente al hotel Meliá Caracas por 10 minutos. Ni los efectivos que custodiaban la entrada ni los escoltas que esperaban afuera se inmutaron.
Puertas adentro, los periodistas pudieron echar un vistazo al salón donde se celebraba el diálogo. Sin embargo, los minutos en el Salón Río Ocamo III se hicieron esperar: Primero cantaron cumpleaños feliz al gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, por su aniversario número 42. Un mesonero ingresó con una torta de chocolate para los comensales de gala: políticos, monseñor y expresidentes.
Pasaría una hora más antes de que se vislumbrara el final de la jornada del diálogo. El gobernador del estado Lara, Henri Falcón, caminó rápidamente por el lobby para decir: “Ya están terminando”. Luego se fue.
“Pareciera que ya está por terminar”, confirmó un funcionario de Casa Militar, ya impaciente. Acostumbrados a esperar hasta la madrugada en las otras dos reuniones —la del 30 de octubre y la del 11 de noviembre—, los reporteros aguardaron por los invitados en el salón.
Por las escaleras adornadas con flores y tul blanco también bajaron los dialogantes. El cumpleañero fue el primero en entrar la sala de conferencias. Le siguieron Elías Jaua, la canciller Delcy Rodríguez, Roy Chaderton y Jorge Rodríguez. Los expresidentes Martín Torrijos y Leonel Fernández entraron acompañados por Ernesto Samper. El emisario del Vaticano, Claudio María Celli, se sentó en el centro de la mesa.
Por la oposición solo aparecieron el secretario general de la MUD, Chúo Torrealba, y el alcalde del municipio Sucre, Carlos Ocariz.
Sin mucho preámbulo, las partes también cantaron los acuerdos que resultaron de la segunda jornada por el diálogo: celebrar nuevamente las elecciones parlamentarias en Amazonas, nombrar nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, liberar a los presos políticos y respetar la autonomía de la Asamblea Nacional.
Los detalles quedaron para después. “No hay preguntas”, fue la única respuesta que dio Ocariz ¿Cuándo se celebrarán los comicios en Amazonas? ¿Habrá elecciones generales? ¿Quiénes son los próximos presos que liberarán? Fueron algunas de las inquietudes que quedaron sin responder en el salón.
Poco más de cuatro horas estuvieron reunidos los dialogantes. Sin embargo, solo cuatro minutos tardó en vaciarse la entrada del Meliá. A las 4:30 pm ya no estaban las camionetas del año, tampoco las patrullas ni los escoltas.
Frente al salón Río Ocamo III, los empleados del hotel empezaron a decorar las mesas para los invitados de la boda. Ya no tendrán que preocuparse por cuidar todos los detalles del diálogo. Por lo menos hasta la próxima reunión, el 6 de diciembre.
Foto: Cristian Hernández