Lo que fue en primer lugar una acusación realizada por la presidenta Dilma Rousseff respecto a la posibilidad de un golpe de Estado en su contra, hoy se convirtió en una “alarma” para presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Venezuela, Nicolás Maduro, quienes expresaron su preocupación respecto al destino de su colega brasileña. Anunciaron que iniciarán un proceso de consultas.

Rousseff está envuelta en una crisis política en su país y presenta actualmente menos de 20% de apoyo. En este contexto, señaló que la oposición busca sacarla del poder y que se prepara un “golpe democrático a la paraguaya“, recordando la salida del poder del gobierno del Presidente de Paraguay, Fernando Lugo en 2012, quien fue destituido por el Congreso de la República de manera intempestiva pero constitucional.

Sin embargo, el canciller interino brasileño Sergio Danese, aseguró al gobierno paraguayo que “en ningún momento la presidenta brasileña mencionó a Paraguay” y, por el contrario, resaltó “el gran aprecio que le guarda al presidente Horacio Cartes y al país” vecino luego de que el jueves Paraguay había convocado al embajador de Brasil en Asunción, José Felicio, para pedirle aclaraciones sobre lo publicado por el diario paulista, expresando “sorpresa y desagrado”.

Los gobernantes suramericanos hablaron del tema durante una reunión bilateral en el pueblo de Tiquipaya, en la región de Cochabamba (centro), donde el lunes ambos asistieron a la clausura de un foro social sobre cambio climático organizado por el Gobierno de Bolivia.

Nicolás Maduro señaló que ven “con mucha preocupación y alarma” la situación en Brasil, y señaló que tanto el presidente Evo Morales como él, van a “iniciar un conjunto de consultas porque parece anunciarse en Brasil con una nueva modalidad un golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff y contra el movimiento popular”.

El Tribunal de Cuentas de la Unión de Brasil emitió recientemente un fallo contra la mandataria brasileña por considerar que violó la Ley de Responsabilidad Fiscal al ocultar gastos en 2014. Al tiempo, el Tribunal Superior Electoral (TSE) autorizó reabrir una investigación rechazada el año pasado, por presunto “abuso de poder económico y político” en la campaña de la presidenta por su reelección.

Ambos presidentes se refirieron justamente a las numerosas solicitudes que adicionalmente han pedido los partidos opositores y particulares a la Cámara de Diputados, tal como establece la constitución brasileña para realizar el enjuiciamiento de Rousseff.

Hasta ahora ninguna de esas solicitudes había sido aceptada por el presidente de la cámara baja, Eduardo Cunha, quien alegaba que carecían de “fundamentos jurídicos”. Pero finalmente este martes 13 de octubre podría iniciar el trámite para la apertura de un juicio por impedimento contra la mandataria, hecho denunciado como el intento de un “golpe suave”.

Recientemente el Partido Social Demócrata Brasileño había introducido una demanda por las donaciones que recibió Rousseff por parte de las empresas ligadas a la red de corrupción en Petrobras. Sin embargo, el TSE no procedió ya que aunque efectivamente recibió esas donaciones, ellas se dieron dentro del marco legal y fueron debidamente registradas con anterioridad.

El segundo mandato de la presidenta de Brasil ha sido efectivamente marcado por medidas de austeridad calificadas como “neoliberales” y signadas por la reversión de derechos laborales históricos, algo contrario a lo que esperaban los electores que votaron por ella, y que hoy manifiestan su descontento.

Sin embargo, según Maduro ha costado mucho “que se levanten los movimientos populares y sean gobiernos del pueblo y para el pueblo” en los países latinoamericanos y ahora “hay una arremetida contra todos los procesos progresistas” en la región.

Brasil está inmerso en una crisis económica, agravada por grandes escándalos de corrupción como el que afecta a la petrolera estatal Petrobras, en el que las investigaciones implican políticos del oficialismo y fuerzas aliadas, además de funcionarios y empresarios e incluso a su antecesor, Luiz Inácio “Lula” da Silva.

En estos días se definirá en la Cámara de Diputados brasileña la posibilidad de enjuiciar a la presidenta Rousseff por unas supuestas maniobras realizadas por su Gobierno para maquillar los resultados fiscales correspondientes a 2014, cuando fue reelegida para el nuevo mandato que comenzó el pasado 1 de enero.

Con información de EFE

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1 comentario

  1. Maduro esta asustado al ver la situacion brasilera: la corrupcion en los dos gobiernos de Lula Da Silva que siguio con la Rousseff ha causado alarma a Maduro y Morales que temen ser removidos. No es que ahora haya posibilidad en Venezuela de remover a Maduro pero la politica es dinamica y manana no sabemos. Eso de que los juicios a Rousseff son un golpe de Estado es simple paja, porque ya en Brasil destituyeron por corrupcion a Fernando Collor de Melo. A Lugo en Paraguay tambien lo destituyeron por la misma razon. Todos fueron destituidos siguiendo las reglas de la constitucion.

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