El 28 de julio de 2024 marcó un antes y un después en la política venezolana. Las elecciones presidenciales que se celebraron ese domingo fueron esperadas por millones de personas que vieron una posibilidad real de lograr un cambio de forma pacífica y democrática. Los días previos a los comicios fueron de movilizaciones masivas y expectativa. Sin embargo, los días siguientes fueron de represión, tristeza, incertidumbre y frustración.
En Efecto Cocuyo recopilamos fotografías tomadas y publicadas por nuestro equipo en los días previos a las elecciones presidenciales, pero también en los días siguientes, cuando el país se sumió en un ambiente de tensión constante.
Los días de luz: los bandos políticos encontrados en la calle
Como si se tratara de una elección con condiciones de competencia normales, los comicios del 28 de julio trajeron viejos recuerdos para los venezolanos. Los actos de campaña fueron uno de estos. Tanto Edmundo González con María Corina Machado como impulsora, así como Nicolás Maduro -con Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez- tomaron las calles de Venezuela para hacer sus movilizaciones y mostrar el músculo social.


A medida que se acercaba la elección, los candidatos se alejaban de la capital. María Corina Machado protagonizó un evento sin precedentes en Guanare, capital de Portuguesa, histórico bastión del chavismo que mostró su pleno apoyo a Machado y Edmundo González Urrutia.


Las elecciones del 28 de julio: punto de no retorno
Desde la madrugada del 28 de julio, las personas salían a las calles de Venezuela para formarse en las filas de los distintos centros de votación. La meta era votar temprano e irse a casa para esperar los resultados. Los primeros en ocupar las colas eran las personas de tercera edad, pero pronto se mezclaron con los más jóvenes.

Edmundo González fue recibido por cientos de personas en su centro de votación ubicado en Las Mercedes, al este de Caracas. El candidato más inesperado de esta elección era el que tenía mayores posibilidades de ganar los comicios presidenciales, no solo lo decían las encuestas, también lo clamaba la calle.

Sin embargo, con el pasar de las horas el panorama de felicidad y expectativa se fue mezclando con la incertidumbre. Llegó la noche y las personas vieron como en varios de los centros de votación más importantes de Venezuela no permitían el ingreso de la sociedad civil para hacer el recuento de los votos. Todo empezó a llenarse de dudas y oscuridad.


Los días siguientes: el costo de mantener la calle
Tras conocerse los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la posterior proclamación de Nicolás Maduro como ganador de los comicios, miles de personas salieron a las calles de todas Venezuela para protestar contra la información emitida por el Poder Electoral y hacer ver su rechazo a Nicolás Maduro.

La respuesta fue brutal: represión en las calles, bombas de gas lacrimógeno, perdigones, balas. Detenidos, heridos y muertos. Venezuela, otra vez, se volvió un campo de batalla.
Sin embargo, la idea de María Corina Machado y de Edmundo González Urrutia era que la gente se mantuviera en la calle protestando por sus derechos. Esto ocurrió por algunas semanas hasta que el movimiento se diluyó, en buena parte debido a las miles de detenciones ordenadas por las autoridades venezolanas.

Las listas de presos políticos se hacían cada vez más amplias. Crecían con cada parpadeo. Adolescentes, personas de tercera edad y gente con discapacidad, el aparato represor no distinguió. Hizo todo lo posible para mostrar una cifra de 2000 personas arrestadas por, presuntamente, cometer actos de terrorismo.


El país un año después
En la memoria de los venezolanos están los hechos ocurridos el 28 de julio y los días posteriores. Para algunos se trata de un viejo recuerdo que debe quedar en el pasado, para otros es una herida abierta de par en par que todavía arde. El hecho es que casi nadie es indiferente ante lo que ocurrió por aquellos días de julio de 2024.
Dirigientes detenidos, politicos en exilio, activistas en clandestinidad, muertos bajos custodia del Estado venezolano y el miedo en las calles. El país, sin duda alguna, no es el mismo un año después de esas elecciones presidenciales.