A propósito del avance de la candidatura unitaria opositora y del cronograma electoral de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, el analista político Michael Penfold aseguró que, pese a estar «convalecientes», los acuerdos firmados entre el gobierno y la oposición en México, Barbados y Doha no se han dado por terminado entre los actores políticos de ambos bandos.
«Por el contrario, todos se esmeran, hasta los EE.UU, por apuntar qué fue lo que se cumplió, qué fue lo que no se cumplió y que queda por ejecutarse», señaló en su cuenta de la red social X.
Sostuvo que las elecciones presidenciales convocadas para el 28 de julio son un espejo de esos acuerdos que, advirtió, todavía lucen frágiles e incompletas en su implementación y que a veces arrojan avances y otras retrocesos, como evidencian los acontecimientos de las últimas semanas en las que resaltó se ha hecho evidente que «conversaciones secretas» se mantienen activas.
«En Venezuela, ningún candidato político está en campaña por un acto de magia y nadie otorga concesiones controlando el poder de forma total sin esperar a cambio algo verdaderamente sustancial. Satisfacer expectativas sobre aquello que se negoció, especialmente en Doha con los EEUU y también en México/Barbados con la oposición, será central durante las próximas semanas», subrayó.
«No hay mejor alternativa»
En momentos en los que las tarjetas de Un Nuevo Tiempo (UNT) y Movimiento por Venezuela (MPV) enfrentaron obstáculos para adherirse a la candidatura de Edmundo González Urrutia, hasta el último día de una prórroga otorgada por el Poder Electoral para la sustitución de candidaturas (23 de abril) y se temía una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para anular la tarjeta de la MUD, declaraciones del jefe de Misión de la embajada de EEUU para Venezuela, Francisco Palmieri, dieron paso a que las trabas «desaparecieran».
Palmieri indicó que la expiración de la licencia 44, que flexibilizó sanciones sobre el petróleo y el gas venezolano por considerar que Miraflores no cumplió todo el acuerdo de Barbados, no era algo «definitivo» y que las conversaciones con el gobierno de Nicolás Maduro continuaban.
«Si las partes vuelven a percibir que alguien no cumple, todo será aún más frágil de lo que ya era antes. Lo mejor ahora es que todos entreguen para esta fecha lo que prometieron para poder seguir avanzando y no encontrar una excusa que justifique otro retroceso más adelante. El riesgo de que todo colapse nuevamente continúa estando latente», expresó Penfold.
Igualmente afirmó que ningún actor político «tiene hoy una mejor alternativa» para sortear el futuro del país que las negociaciones. Resaltó que salirse completamente de los acuerdos al parecer es «muy riesgoso» para los actores políticos de lado y lado, de allí que se mantengan interesados en continuar.
«De ahí que en Venezuela el tema no sea estrictamente electoral; todo depende de la negociación, de las garantías y de profundas reformas institucionales que permitan asegurar que pasar a la oposición no sea una tragedia y que ganar la presidencia impida consolidar, bajo un esquema de reelección indefinida, un control del poder tan férreo y extraordinario como el que hemos vivido por más de dos décadas. Las mieles en Venezuela todos saben dónde están», prosiguió en su escrito.
Miedo a perder
Para el analista político, el chavismo hoy le tiene más miedo a pasar a la oposición que a quedarse en el poder, mientras que la oposición prefiere ganar la Presidencia de la República y percibe que esta vez tiene cómo hacerlo electoralmente.
«A estas alturas de esta cruenta y trágica historia, debería ser transparente para todos que sin garantías y cambios institucionales profundos, algo sobre lo que todos dicen preferir hablar el día después en vez de encarar inmediatamente, se corre el riesgo de que el país se mantenga en donde está momentáneamente: un par de días hacia adelante y muchos otras hacia atrás», finalizó.