La frontera que separa el norte de Santander de Táchira tiene 19 días cerrada, desde la noche del 19 de agosto. partir de entonces, los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos han intensificado el tono de las declaraciones , mientras los expertos advierten que la única vía para reabrir el paso es frenar “la guerra de micrófonos”.
El politólogo y director de la escuela de Estudios Internacionales de la UCV, Carlos Luna, retoma los principios diplomáticos de la prudencia y la discreción que, asegura, no han estado presentes en las declaraciones de los mandatarios. “Deben establecer canales reales y efectivos de comunicación y procurar que las comisiones binacionales que se conformen no sean de diálogos sordos, sino que haya una voluntad política de resolver el problema”, opina.
En su más reciente afirmación, en Jamaica este domingo 6 de septiembre, el presidente Maduro volvió a invitar a su homólogo a conversar sin dejar de reiterar las acusaciones sobre supuestos planes que se estarían desarrollando en Colombia para matarlo y que denuncia desde el 31 de agosto.
“Han llamado a que me maten en sus narices, Santos. Yo no lo responsabilizo a usted, pero tiene responsabilidad como presidente de la República. Yo no permitiría que ninguna emisora llamara a asesinar al presidente Santos”, dijo.
El 31 de agosto el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó convocar la reunión de cancilleres para debatir la crisis fronteriza propuesta por Colombia. La solicitud del embajador neogranadino Andrés González no obtuvo los 18 votos necesarios. Se quedó en el camino con 17 votos a favor, 5 en contra y 11 abstenciones.
Luna considera que, aunque el resultado fue en detrimento de la petición hecha por el país neogranadino, la abstención de los países anglófonos miembros de la Comunidad del Caribe que antes apoyaban a Venezuela reveló “el debilitamiento de la política exterior venezolana que se ha manejado con poco profesionalismo”.
Sin embargo, la decisión final producida en la OEA no fue bien recibida por la canciller María Ángela Holguín, quien aseguró sentirse “sola” porque “se violan los derechos humanos de los colombianos deportados y no pasa nada”.
En esa oportunidad, incluso se especuló sobre el efecto que pudo tener la diplomacia venezolana sobre Panamá, país “amigo” del Gobierno de Santos que prefirió abstenerse en lugar de votar a favor.
Al día siguiente (1 de septiembre), el presidente panameño, Juan Carlos Varela, se pronunció para exhortar a Santos y a Maduro a reunirse en su país para buscar soluciones.
Los intentos de acercamiento se han producido también de parte de las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Brasil, Dilma Rousseff, quienes enviaron a sus cancilleres Héctor Timerman y Mauro Viera, respectivamente, para “promover el diálogo” y “buscar soluciones”, este viernes 4 de septiembre.
Hasta el propio papa Francisco envió un mensaje para que “con espíritu de solidaridad y fraternidad se puedan superar las actuales dificultades” en la frontera. “En los últimos días, los obispos de Venezuela y Colombia se han reunido para examinar juntos la dolorosa situación que se ha creado en la frontera entre ambos países”, expresó este domingo 6 de septiembre.
Mientras esto ocurre, el presidente Santos insiste en que su canciller sea quien medie con la parte venezolana.
“Colombia está haciendo esfuerzos por afincarse en las denuncias de los derechos humanos y todo esto genera una percepción internacional hacia Venezuela que no es una democracia y no se respeta el derecho. La presión internacional va a incrementarse en corto plazo”, dijo Luna.
El internacionalista Juan Francisco Contreras sostiene, por su parte, que el tema colombiano es una especie de “comodín” que es usado en tiempo electoral. “Cuando hay muchos problemas internos en Venezuela surge el conflicto con Colombia. La frontera debe abrirse de una vez por todas como el primer paso para restablecer las relaciones entre ambos países”.
Sobre el discurso de Santos, Contreras opina que, debido a la presión interna de parte del senado, el tono del mandatario se tornó más intenso y fuerte. “Los colombianos se están tomando muy en serio este tema, ya han dicho que pretenden ir a distintos organismos internacionales”, resaltó.
¿El paso se flexibiliza?
A pesar de que no se ha concretado una reunión entre ambos mandatarios, en la frontera se han producido acciones que “flexibilizan” el paso para los estudiantes y las gandolas. A partir de este lunes 7 de septiembre, estudiantes de primaria y secundaria en San Antonio del Táchira pasarán por el puente internacional Simón Bolívar.
En el caso de los camiones, la Autoridad Única Militar de la zona uno del Táchira, general Carlos Alberto Martínez, informó que en estaban negociando el tránsito del transporte de carga pesada que transportan productos de importación y exportación.