La noche ya había cubierto la calle, cuando el Nazareno salió de la iglesia de San José de Chacao sostenido por una decena de cargadores, que se movían lentamente mientras la multitud veneraba la imagen con la cruz a cuesta y paseaban sus miradas cerca de la bandera de Venezuela, que portaba un creyente frente al templo.

Detrás, la virgen María seguía a su hijo, como lo hizo hace más de dos mil años, con las lágrimas eternamente pintadas en el rostro.  Era la procesión del Miércoles Santo, que para este 2017 las peticiones a los pies de la imagen venerada se resumían en: paz para Venezuela.

Numerosos creyentes participaron en la procesión que este 2017 se da en medio de convocatorias a protestas por la oposición. Miguel Rodríguez es uno de los fieles que año a año acude a la iglesia San José de Chacao. El hombre de 45 años, llevaba una gorra tricolor que hablaba por sí sola,  mientras cargaba a su hija de 8. “Estoy pagando mi promesa como siempre, aunque esta vez mi petición es que el Nazareno haga que las cosas cambien por fin”, dijo un poco antes de la misa. “Estamos como David frente a Goliat, por eso es que hay que aferrarnos a Cristo, para que por medio de nuestra lucha podamos preservar la libertad y la democracia”.

Miguel tiene su promesa particular, al igual que un hombre morenovestido con una túnica morado en alusión al Nazareno. “Este año es diferente a los otros años en los que he participado, llevo 15 y este se ha complicado con todos los problemas del país”, dijo Erick Valencia, un petareño que agradece que el Nazareno lo salvó de la muerte: “Hace 15 años recibí varios disparos y sobreviví gracias a la fe”.

Otro de los asistentes fue el alcalde de Chacao, Ramón Muchacho. “Esto es parte de la tradición de quienes habitamos Chacao. Siempre lo hago, todos los años traigo mis peticiones”.

Las peticiones de Muchacho se asemejan a las de muchos de los presentes: “Yo pido que en Venezuela haya paz y cambio. Para que termine la crisis humanitaria, es necesario que se de paso a una nueva política”.

También acudió a la San José de Chacao  la presidenta de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, Rafaela Requesens. “Vinimos a traer nuestras peticiones personales y a hacer una demostración silenciosa de lo que queremos para el pais”. No pudieron ir a la Basílica de Santa Teresa, en el centro de Caracas, por las alteraciones que se reportaron durante la misa de mediodía en ese templo, donde el cardenal Jorge Urosa Savino tuvo que ser defendido por feligreses ante simpatizantes del Gobierno.

“Si los grupos violentos del Gobierno no respetan los actos religiosos, ¿Que podemos esperar para el día de mañana  ( Jueves Santo)?”, comentó la diirigente estudiantil, quien reiteró que la oposición debe mantenerse en la calle.

Xiomara Loyola, quien llevaba una franela morada con  la figura de Cristo, vive en El Llanito y “siempre vengo a Chacao. Aquí bauticé a mi hijo, aquí me casé y tambien, en esta plaza, validé a un partido”.  Xiomara  no dudó en afirmar que “es necesario seguir apoyando nuestra causa por la libertad”.

El Nazareno se paseó por la calle, rodeado por una multitud de personas con velas en las manos. Algunas llevaban en la cabeza gorras tricolor, otras sostenían banderas de Venezuela.

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