En las últimas horas, el Gobierno nacional ventiló detalles de unas reuniones “preparatorias” que realizaron con la oposición, bajo un pacto de confidencialidad. Así pues salieron a relucir actores y supuestas negociaciones que centraron el tema de debate de nuevo en el diálogo.
El politólogo Luis Salamanca atribuye esta reacción a la intención que tiene el oficialismo de sacar el referendo revocatorio de la palestra pública. “El Gobierno trajo el tema del diálogo este año como una especie de trampa para tratar de cambiar la agenda de la opinión pública que es el referendo revocatorio y poner el tema del diálogo en su lugar. Es una distracción y la MUD cayó en el juego; ahora (la oposición) debe pasar la página con una posición muy clara y sólida”, indicó.
Para Salamanca no existe una verdadera intención de diálogo de parte del Gobierno y esto queda comprobado en el discurso. “No se le da dado un alto al fuego verbal. El discurso del Gobierno, en el que incluso se le menta la madre al otro, indica que lo que quieren es ganar, derrotar y no dialogar“.
Esta estrategia del Gobierno incorpora, además, un elemento perturbador adicional al pre-diálogo: la desconfianza. “La oposición asiste a estos eventos de manera secreta, sin informarle a la sociedad, y en una Venezuela como la de hoy que es muy desconfiada, inmediatamente saltaron las dudas y los comentarios de todo tipo cuando se revelaron los encuentros”, declaró el analista.
Pese al retroceso que pareciera implicar la traición de los acuerdos de confidencialidad sobre estas reuniones, los mediadores y hasta la propia Iglesia Católica siguen presionando para que se produzca la negociación.
De producirse nuevos encuentros preparatorios, la carta que pudiera inclinar la balanza en favor de la oposición es la presión de calle. “Lo que tiene la MUD para tratar de cambiar el rumbo de los acontecimientos es la fuerza de la gente, es la capacidad de movilización del ciudadano. El ciudadano ha adquirido un sentido de eficacia de su movilización, quiere usar su poder para producir cambios políticos concretos”, dijo.
Salamanca resaltó la idea de una política unitaria que mantiene la oposición; sin embargo, alertó que las diatribas internas pueden afectar la alianza si no se contienen a tiempo. “La MUD debe enfocarse en buscar la unidad completa, deben incluir a actores como María Corina (Machado) para que no juegue por su lado”.
El director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello y del Proyecto Integridad Electoral Venezuela, Benigno Alarcón, enfatizó que todo proceso de transición democrática implica un mínimo de negociación. “La oposición no debe negarse sino establecer límites claros en función de lo que sí se va a negociar y lo que no se puede. A la gente lo que le importa es que no se negocie el revocatorio como derecho“.
Alarcón coincidió en que el Gobierno busca generar desconfianza porque ve un “enorme peligro” en la movilización ciudadana que aglutina la MUD.
“La pregunta que debe hacerse es ¿cómo quedan los actores después de una elección presidencial?, ¿qué pasará después del revocatorio?, esto es lo que debería negociarse y pareciera que no se está haciendo entre el Gobierno y la oposición”, concluyó.
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